El Centro del Calamar Gigante solo conserva uno de los once cefalópodos
El museo representa la principal fuente de financiación del CEPESMA
El fuerte oleaje de la madrugada del domingo destrozó el revestimiento de placas de pizarra del Centro del Calamar Gigante y derribó sus muros de ladrillo.
El mar abrió boquetes y avanzó por dos de las cuatro plantas del edificio rompiendo estantes, cableado y vitrinas. Despedazó y, en otros casos, se tragó diez de los once ejemplares de cefalópodos que tenía la exposición.
Su director critica la fragilidad de los materiales con los que se construyó el museo y advierte de que el destrozo hiere de muerte la labor del CEPESMA.
El museo está al final del puerto luarqués, donde en el pasado funcionó una conservera. Abrió en 2010 tras peregrinar por tres ubicaciones distintas en Valdés.
Cerró a los pocos meses por los daños que causó otro temporal y reabrió en agosto de 2011.
Albergaba una de las colecciones de cefalópodos gigantes más importantes del mundo, todos ejemplares encontrados en el Cantábrico, muchos, en el Cañón de Avilés.
El museo recibió 27.000 visitas en 2013, un 17 % más que el año anterior. Representaba la principal forma de financiación de la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas.
El CEPESMA también gestiona desde 1997 el Centro de Recuperación de Especies que está en una nave de 100 metros cuadrados en las proximidades de la Villa Blanca.