El jurado del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales mira hacia la economía
Un total de 26 candidaturas de 11 nacionalidades optan al premio
Varios miembros del jurado del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, que hoy ha iniciado sus deliberaciones, han destacado la calidad de las candidaturas procedentes del ámbito de la economía, una disciplina que no ha sido distinguida desde el año 2004 con el estadounidense Paul Krugman.
Entre ellas figuran las del francés Thomas Piketty, un especialista en desigualdad económica y distribución de la renta y autor de obras como "El capital en el siglo XXI", o de su compatriota Esther Duflo, profesora de Reducción de la Pobreza y Economía del Desarrollo en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), que ya fue candidata en la pasada edición.
Al galardón, el segundo en fallarse de los ocho que convoca anualmente la Fundación Princesa de Asturias tras el de las Artes (Francis Ford Coppola), optan en esta XXXV edición un total de veintiséis candidaturas procedentes de once países, entre las que figura también la de sociólogo español Manuel Castells.
Antes de iniciarse la reunión del jurado, presidido por la directora de la Real Academia de la Historia, Carmen Iglesias, el secretario del tribunal y ex rector de la Universidad de Oviedo, Juan Vázquez, ha incidido en la amplia gama de disciplinas que abarca el ámbito de las Ciencias Sociales, aunque ha mostrado su predilección por los candidatos procedentes del ámbito económico.
A su juicio, entre las propuestas recibidas por la Fundación figuran algunas "muy atractivas" de economistas que han abordado el tema de la pobreza, del crecimiento, de los límites morales del mercado o de la educación desde una perspectiva económica.
En la misma línea se ha expresado la catedrática emérita de Filosofía Moral y Política Victoria Camps, que ha considerado "interesante" pensar en candidatos que han abordado cuestiones como la pobreza o que han cuestionado la manera de calcular el bienestar de las sociedades y que distinguirlos permitiría además "no repetir" la disciplina premiada después de que en 2014 el galardón recayera en el hispanista francés Joseph Pérez.
Pérez, también miembro del tribunal, ha asegurado, por su parte, no apostar a priori por ningún ámbito concreto dado que desconoce "completamente" algunas candidaturas y ha incidido en que, desde la perspectiva de jurado, la dificultad de escoger entre las propuestas recibidas tras haber estado hace un año "pendiente del teléfono" para saber si, como ocurrió, se le concedía el galardón.
Menos a favor de premiar el ámbito económico se ha mostrado la catedrática de Filosofía Moral y Política Amelia Valcárcel, que, en tono irónico, ha asegurado estar "un poco decepcionada" con una disciplina "que no se comporta como una verdadera ciencia predictiva".
Así, y tras señalar que su principal preocupación es la situación de Nepal, un país donde el año pasado investigó sobre convivencia religiosa, Valcárcel se ha inclinado por un premiado "que hable español" y, en concreto, por la "extraordinaria" candidatura de una historiadora de los monoteísmos cuyo nombre ha eludido desvelar.
El premio, cuyo fallo se hará público mañana, está dotado con una escultura de Joan Miró -símbolo representativo del galardón-, la cantidad en metálico de 50.000 euros, un diploma y una insignia.