Luto en el salto base por la muerte en Ponga de un aficionado gijonés

La Asociación Española de Salto Base analizará el suceso junto al servicio de montaña de la Guardia Civil

Conmoción por la muerte de un gijonés que falleció ayer al practicaba salto base en el Pico de Tiatordos, en Ponga. Desde el entorno del montañismo y los deportes de riesgo, se lamenta su fallecimiento, aunque se recuerda su peligrosidad, muchas veces en el 50% de los casos.

Se trata de Felipe A.A, de 43 años, cuyo cadáver se encuentra en estos momentos a la espera de la autopsia en el Instituto de Medicina Legal.

El hombre era conocido como 'Figi' en el entorno del montañismo y los deportes de riesgo, por practicar esta modalidad.

La Asociación de Veteranos de Paracaidistas del Ejército recuerda que estos saltos se hacen desde la montaña, donde se coge su peligrosidad, explica José Antonio Martínez, representante Institucional ASVEPA Asturias.

Desde el Ayuntamiento de Gijón el concejal de deportes, Jorge Pañeda, ha manifestado que lamentan su pérdida y envían condolencias a los familiares y amigos.

La Guardia Civil realizó ayer el levantamiento del cadáver y fue el helicóptero del 112 quién realizó traslado.

La Asociación Española de Salto Base analizará el suceso junto al servicio de montaña de la Guardia Civil

La Asociación Española de Salto Base aún está asimilando la noticia de la muerte de su compañero gijonés. En los próximos días, analizarán junto al servicio de montaña de la Guardia Civil, el Greim, los motivos del accidente.

Para ello se servirán de dos herramientas: los vídeos del vuelo grabados por la cámara del deportista y también el dispositivo GPS que llevaba y que registró todo el vuelo.

En declaraciones a TPA Noticias, el presidente de la asociación española, David Gutiérrez, hace hincapié en que quienes practican este deporte reciben previamente una larga e intensa formación. No se admite en cursos de salto base a quienes no hayan hecho un mínimo de 200 saltos en paracaídas desde un avión.

En este tipo de vuelos con traje de alas se pueden alcanzar hasta 200 kilómetros por hora de velocidad.