El molín de La Teyera, el último de Parres

Funciona gracias al mantenimiento y los cuidados de Antonio Soto

Son ya 400 los años que tiene el molín parragués de La Teyera, el último de estos ingenios hidráulicos que se mantiene en funcionamiento en el concejo de Parres. Al frente del mismo se encuentra un molinero de lo más peculiar. Antonio Soto Díaz tiene 93 años. Tras toda una vida, ha perdido la cuenta de las moliendas que llevará un molino que ha pertenecido a su familia desde hace varias generaciones. Atenderlo, le mantiene activo y lo entretiene, asegura este veteranísimo e infatigable molinero.
 
Salvo unos pocos años en los que emigró en Francia y trabajó como marino mercante, Antonio Soto no ha dejado de atender el molín de la Teyera. Y no tiene intención de dejarlo, afirma este inquieto parragués.
 
En todo el concejo de Parres ya no queda ningún otro molino de agua que funcione. Es verdad que el caudal del río Chicu que lo abastece, sobre todo en verano merma. Pero, tarea a Antonio, no le falta. Y menos estos días que hay agua de sobra.
 
La mayoría de las moliendas son de maíz. Este veterano molinero, que se queda con el 13% de cada una, las anota con cuidado en su libreta.  Este parragués está más que orgulloso de su molino al que mima con cuidado. Con la ayuda de un nieto ha acondicionado un pequeño portal y su intención es reparar sus muros.
 
Antonio se ocupa de mantener limpio el entorno del molino y también retira la hoja para que no se atasque el canal de agua que lo abastece. Y todo para que, como viene haciendo desde hace varios siglos, el molín de la Teyera no se pare y siga moliendo.