A menos de una semana ya de la Fiesta de les Piragües, se ha disputado el descenso del Sella adaptado. Han participado 142 palistas, de los que 56 son personas discapacitadas. La prueba, que cumple 30 ediciones, sólo tiene carácter deportivo en sus cinco kilómetros finales.
La gaita y el tambor ponen la banda sonora al Descenso del Sella Adaptado que este año alcanza su edicion número 30. Tras recoger sus credenciales, los participantes se dirigen a la zona de salida, esta rampa por la que las canoas llegan al río de una en una. Entre las veteranas, Irene Villa, distinguida con el premio Valores del Sella.
Tampoco faltan personas que afrontan por primera vez este peculiar descenso del Sella, como Carmen Bejarano, que llega desde Madrid.
Otros habituales son los piragüistas voluntarios del Ateneo Obrero de Villaviciosa que comparten las canoas con las personas discapacitadas, como José Luis Fernández, delegado de la sección de piragüismo Ateneo Obrero de Villaviciosa.
Otro elemento fundamental en todo el recorrido es el operativo de seguridad, integrado por 70 personas, entre bomberos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias y voluntarios de siete agrupaciones locales de Protección Civil repartidos por hasta 14 puntos distintos del río.
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