Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) ha negado hoy que las actuaciones previstas en el aeródromo asturiano para adaptarlo a la normativa vigente vayan a suponer un recorte de la pista y ha garantizado que las instalaciones mantendrán el mismo nivel de operatividad.
Estos datos han sido facilitados hoy por el director del Aeropuerto de Asturias, Carlos San Martín, y por el responsable de Grupo de Aeropuertos II de la red de Aena, Pedro Bendala, que han cifrado en 1,5 millones de euros el coste de las obras, que se prevé que estén finalizadas antes de que concluya este año.
Según los responsables de Aena, la solución adoptada no conlleva "en ningún momento" la reducción de asfalto sino el desplazamiento del umbral en la cabecera 29 de la pista, que se desplazará 150 metros hacia el interior para las operaciones de aterrizaje.
A partir del punto en el que las aeronaves toman tierra no se modificará la distancia disponible para las operaciones de despegue en este sentido de la pista ni afectará a la longitud disponible para el aterrizaje por la otra cabecera "ni a los despegues por ambos sentidos", según han subrayado.
Los trabajos consistirán en el desplazamiento de los aparatos de navegación aérea ubicados en dicha cabecera, así como la modificación de la señalización, pintura e iluminación de balizamiento.
De este modo, según Aena, el Aeropuerto de Asturias podrá cumplir con la nueva legislación y obtener de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) antes de 2016 la certificación que acredita que cumple con las normas técnicas de diseño y operación de aeródromos de uso público, "sin la cual no podría estar operativo y continuar su actividad".
Esta operación permitirá además, según Aena, mejorar las condiciones de seguridad del aeropuerto y la operación de las aeronaves en condiciones de baja visibilidad.
Esta circunstancia se producirá al desplazar en 150 metros el punto inicial para las operaciones de aterrizaje en la cabecera 29 de la pista, lo que reducirá además la presencia de obstáculos en las proximidades del aeropuerto y se dará mayor regularidad del terreno previo a los aterrizajes lo que facilitará la utilización del sistema antiniebla instalado en el aeropuerto asturiano.
Según Aena, de esta forma se eliminará el "salto" ahora existente en la lectura del radioaltímetro en la primera fila de postes a 300 metros de la cabecera.
Además, Aena ha rechazado que esta actuación vaya a afectar a la operatividad del Aeropuerto de Asturias en cuanto al tipo de aeronaves que operan en el mismo y las que se prevé que operen en el futuro dado que todas ellas precisan para aterrizar y despegar longitudes de pista inferiores a las proyectadas.
Esta medida es consecuencia de la incorporación al ordenamiento jurídico español la normativa internacional de aviación civil que obliga a todos los aeropuertos del país a acreditar antes del 1 de marzo de 2016 el cumplimiento de esta normativa.
Entre los requisitos que se exigen figura la obligación de que no existan obstáculos en las proximidades de las cabeceras de las pistas (distancias inferiores a 300 metros) o, en el caso de ser necesarios para fines de navegación aérea, que se puedan quebrar.
En el caso de Asturias, en las proximidades de la cabecera 29, a una distancia de entre 175 y 300 metros, existen una serie de postes metálicos rígidos que conforman una superficie virtual para la lectura del radioaltímetro ya que la señal emitida por el equipo de las aeronaves "rebota" en el plano formado por éstos y da información de altura con respecto al plano de la pista.
A juicio de Aena, con el fin de evitar que los postes rígidos sean obstáculos para las aeronaves la opción "más eficaz y eficiente" es modificar las condiciones de operación de la pista del aeropuerto "sin afectar a sus principales dimensiones físicas".
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