El Principado sustituirá cinco bombas de la depuradora de Maqua, en Avilés, para garantizar la seguridad en el tratamiento de las aguas, dentro de una actuación que implicará un coste aproximado de un millón de euros y se tramitará por el procedimiento de emergencia.
La viceconsejera de Medio Ambiente y Cambio Climático, Nieves Roqueñí, ha avanzado este lunes que enviará al Gobierno Central un informe detallado sobre el deterioro de las instalaciones y la necesidad de licitar urgentemente las obras de mejora y ampliación.
Los trabajos consistirán en el cambio de cinco bombas de entrada de agua bruta a la depuradora, de 4,2 toneladas de peso cada una, con una potencia de 215 kilovatios, capaces de elevar un caudal de 800 litros por segundo.
Roqueñi, quien ha visitado la depuradora junto con la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín; la directora general de Agua, Vanesa Mateo, y el gerente de Cadasa, Julio Pérez, ha indicado que, ante la inminente remodelación de las instalaciones, se ha ido explotando “en precario”, pero vista la dilación de los trámites y las condiciones de explotación actuales es necesario realizar una intervención de urgencia que garantice la seguridad y continuidad en el tratamiento.
El Gobierno de España sacó a licitación esta actuación en enero de 2021, por un importe que superó los 33 millones, aunque posteriormente desistió por problemas de disponibilidad de terrenos.
La licitación se reanudará una vez finalice la desafectación de los terrenos con la Dirección General de Costas.
Sobre las posibles multas de la UE sobre los incumplimientos de la EDAR avilesina, la viceconsejera ha recalcado que es un asunto que le compete al Estado y ha indicado que confía en que “sea lo suficientemente ágil como para que la solución esté en curso y, por lo tanto, la UE sea comprensiva”.
Además, en relación la incorporación de la industria a la red de saneamiento, la viceconsejera ha señalado que se ha modificado la autorización ambiental integrada para añadir un permiso para poder verter en el colector industrial y las empresas tienen un mes para adecuarse a los requerimientos.
“Así cerramos las conexiones que estaban pendientes de las industrias y eso va a tener un impacto muy positivo en la calidad de las aguas de la ría, al evitar esos vertidos”, ha declarado Roqueñi,
La EDAR, situada en la margen derecha de la ría, concretamente en el polígono industrial de Maqua, recibe las aguas residuales de Avilés, Castrillón, Corvera y Gozón, que son tratadas y transportadas a través del emisario submarino de Xagó hasta su vertido al mar Cantábrico.
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