La central térmica de Aboño cumple 40 años

El año pasado se quemaron 1.700.000 toneladas

La central térmica de Aboño cumple 40 años. La planta acoge una exposición de fotografías que reflejan cómo fue su construcción. Aboño fue diseñada por el artista asturiano Joaquín Vaquero Palacios pensando en la estética. Hoy en día genera suficiente energía para atender más de la mitad de la demanda regional.

El turbo-alternador del grupo 1 de Aboño llegó desde Suiza y fue bautizado como Marisa, el nombre de la esposa del ingeniero que supervisó toda la construcción de la central térmica. Lleva 4 décadas generando energía eléctrica. La decoración que luce es sólo una muestra de la impronta artística del asturiano Joaquín Vaquero  Palacios. Su diseño arquitectónico busca el orden estético por lo que une arte e industria, resaltando la belleza de lo descomunal e intengrando la obra en el entorno.

Aboño 1 fue la primera, una década más tarde llegaría su hermana mayor. Aboño 2 cuenta con una chimenea que alcanza los 225 metros de altura, la obra civil más alta del Principado. Juntas, generan energía suficiente para cubrir el 60 por ciento de la demanda energética  de Asturias. 

Son varias las características de esta central propiedad de HC-EDP que la hacen única. Se refrigera gracias al agua del mar y además de carbón, se abastece del gas sobrante de la actividad siderúrgica.

El 30 por ciento de la energía que genera Aboño proviene del aprovechamiento de la acería de ArcelorMittal. Un proceso que puede reducir hasta en un millón de toneladas de CO2 las emisiones a la atmósfera. Precisamente los sistemas de control de contaminación, son el gran caballo de batalla de las térmicas.

Más de 2.500 personas trabajaron en la consecución de la central. Su ubicación formaba parte de un plan estratégico que primaba la cercanía a la gran industria y al puerto de El Musel, a  donde llegaría el carbón importado del que se surte hoy en día. El año pasado se quemaron 1.700.000 toneladas.