La Fiscalía y la acusación particular han mantenido este jueves su solicitud de 25 años de prisión para cada uno de los cuatro acusados de participar en el asesinato del concejal de IU de Llanes Javier Ardines, cometido el 16 de agosto de 2018 en la parroquia llanisca de Belmonte de Pría, mientras que las defensas han insistido en su petición de libre absolución.
La Audiencia de Oviedo ha celebrado este jueves una de las últimas sesiones del juicio con jurado popular contra Pedro N.A, acusado de ser el inductor del crimen tras conocer que su mujer, a su vez prima segunda de la esposa de Ardines, mantenía una relación con el concejal; Djilali B. y Maamar K., como supuestos sicarios, y Jesús M., señalado como intermediario.
La Fiscalía y la acusación particular en nombre de la familia de Ardines han admitido que sólo hay pruebas indiciarias de que se trató de un crimen por encargo por los celos de Pedro N.A. ante la infidelidad de su esposa con el concejal, aunque han mostrado su convicción de que los cuatro acusados son culpables y se coordinaron para ejecutar el plan.
Ambas acusaciones han sostenido que el presunto inductor planificó la muerte de Ardines, contra el que dirigía su rabia porque vivía "atormentado y obsesionado" después de que el 8 de diciembre de 2017 grabara "adrede una conversación caliente" que confirmaba la relación extraconyugal que su esposa mantenía con él.
Han relatado que, a partir de ese momento, Pedro N.A. empezó a buscar en internet tiendas especializadas sobre métodos de espionaje, le envió a su esposa mensajes de que “sin su amor, él se moriría de pena” y le colocó balizas en su coche para controlarla.
Jesús M. tuvo una participación “activa” como intermediario, según las acusaciones, al aceptar el encargo de Pedro N.A. de matar al concejal, buscar a los sicarios y pagarles una vez cometido el crimen.
Para llevar adelante el plan, Jesús M. contactó con Djilali B. y junto a Pedro N.A. los tres se desplazaron a Belmonte de Pría el 27 de julio de 2018 para darle instrucciones al presunto sicario sobre dónde y cómo realizar la emboscada y las vías de escape.
Seguidamente, las acusaciones han relatado que Djilali B. convenció a su amigo Maamar K. para que le ayudara a cambio de 5.000 euros que inicialmente pagó Pedro N.A. y pactaron otros 20.000 euros que les iba a entregar Jesús M. tras consumar el crimen.
Tras un primer intento fallido en la madrugada del 1 de agosto, los dos presuntos sicarios lograron emboscar al concejal el 16 de agosto en un camino vecinal cuando de madrugada colocaron unas vallas de obra para impedir el paso de su vehículo y le atacaron con un espray de pimienta cuando se bajó para retirarlas.
A continuación, le golpearon en la cabeza con un palo o un bate de béisbol causándole una fractura craneal y después le estrangularon hasta matarlo, según detallaron los informes forenses.
Las acusaciones se han apoyado en una declaración efectuada por Djilali B. en la que confesaba cómo se habían desarrollado los hechos, aún a costa de implicarse él mismo, y han descartado que esta confesión se produjera bajo torturas, presiones o coacciones de la Guardia Civil, como manifestó el supuesto sicario.
El abogado Antonio Pineda ha asegurado en nombre de la familia de Ardines que los cuatro acusados se coordinaron para ejecutar “un papel imprescindible” para terminar “de forma salvaje” con su vida.
Frente a estas tesis, el abogado Javier Beramendi, defensor del presunto inductor, ha pedido al jurado que no alcance un veredicto de culpabilidad “por conjeturas” ya que considera que no hay pruebas, ni testigos directos de su participación en el crimen.
El letrado, que pide la libre absolución, ha dicho que él también quiere "la verdad judicial y que se haga justicia" y ha emplazado al jurado a alcanzar un veredicto de no culpabilidad porque de lo contrario sería "condenar a un inocente", como ocurrió en el del asesinato de Rocío Wanninkhof.
También ha cuestionado que Pedro N.A., tras conocer la infidelidad de su esposa, decidiera enviar la grabación a la viuda e hija de Ardines y con sangre fría decidiera contar esa relación a todo el mundo para poner el foco sobre él advirtiendo de que era el principal sospechoso, sin buscarse una coartada.
El juicio continuará mañana con los informes de las defensas de Jesús M., Djilali B. y Maamar K.
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