El niño de 21 meses cuyo cadáver fue encontrado en una maleta el 3 de noviembre de 2014 en Oviedo, por cuya muerte están acusados David F. y la madre del menor Fadila C., llevaba fallecido al menos tres días, según los forenses que han asegurado que el menor sufrió "gran violencia" en tres etapas diferentes.
Los dos médicos forenses que participaron en el levantamiento del cuerpo sin vida y la autopsia realizada al pequeño así lo han manifestado hoy en su declaración en la vista del juicio que se celebra en la sección tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo.
En opinión de los médicos forenses, que han relatado la existencia de "golpes y zarandeos y arrastre" cometidos sobre el menor, en una "desproporción" de los mismos que cualquiera de los dos acusados podría haberlos cometido.
Se han ratificado en el informe de la autopsia realizada al niño en cuyo levantamiento de cadáver participaron, y cuyo cuerpo, previo a la evacuación del fallecido al Instituto de Medicina Legal, fue trasladado al HUCA donde realizaron un 'tac' al menor.
En su declaración han revelado que en el menor se apreciaron dos lesiones con fracturas, una en una costilla que se estaba consolidando y otra en el fémur, que no estaba alineada y tenía acortamiento, y que también se observa un callo óseo que denota que presentaba varios días, así como una luxación en el cuello.
En el examen externo realizado al niño "llama la atención" que en la espalda únicamente existía una lesión en la zona renal, mientras que el resto de lesiones estaban en el cráneo, la cara, el tronco y las extremidades en mayor o menor medida.
Los médicos forenses, que han sostenido que el examen interno detecta lesiones por traumatismo directo, agresiones y también una quemadura externa, han descrito la existencia de una discreta hemorragia en el pecho y otras dos en la cabeza.
Se trató de una muerte violenta, de naturaleza homicida, con una lesión visceral interna y lesiones encefálicas, todas importantes, han dicho los declarantes que han atribuido las lesiones ocasionadas a los impactos y el zarandeo.
A su juicio, la impresión que dan las lesiones es la de "haber lanzado al niño con mucha violencia" e "impulsarlo muy fuerte", quizás en "más de una ocasión", y que las lesiones habrían causado "mucho dolor" al menor.
Sobre la exploración realizada a Fadila C. han explicado que se trata de una joven con inteligencia normal, sin trastornos, quizás un poco fría, que les confesó que la única vez que consumió cocaína en su vida lo hizo forzada.
La acusada no presentaba signos de ser una mujer maltratada, si bien a raíz del consumo de drogas han indicado que les habló de más conflictividad con su compañero.
Respecto a David F. han enfatizado que distinguía perfectamente entre el bien y el mal, al que intentó reanimar haciéndole la respiración boca a boca, y que después planeó cómo deshacerse de él al comprobar su fallecimiento.
Para los médicos forenses, David F. "sabía muy bien lo que hacía", y han apuntado que emocionalmente se mostró "bastante hundido" en el primero de los dos reconocimientos, si bien no se constataba "menoscabo relevante sobre raciocinio y memoria".
Le han atribuido un trastorno de personalidad, en el que predomina una autoestima baja y se ve inferior a los demás, de ahí que para socializar se ayuda del alcohol y las drogas, que se convirtieron en un hábito.
Así, han sostenido que David F. admitió el consumo de cocaína y hachís en su vida, que giraba en torno a la primera de estas drogas, lo que le hizo perder muchos puestos de trabajo, le creó problemas familiares y le destrozó la existencia.
Antes del episodio que se juzga, el acusado tenía una conducta "coherente y centrada", aunque con comportamientos alterados por el consumo de droga.
Al inicio de la vista de esta mañana la abogada de Fadila C. ha solicitado la audición de la llamada realizada por David F. al servicio de emergencias 112.
"Estoy en busca y captura", se escuchaba decir a David F., que afirmaba que quería comunicar que estaba en León en un parque en el barrio de Ventas, desde el que llamaba en relación a la "desaparición de un niño en Oviedo".
"Por favor, que no monten espectáculo", pidió el procesado a la persona que le atendía en el número de emergencia en referencia al momento en el que fuera ser detenido por la Policía.
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