Cerca de un millar de ucranianos residen en Asturias. Una pequeña comunidad que vive con gran preocupación la ofensiva bélica de Rusia sobre su país. Ahora tratan de ayudar a sus familias para escapar de la guerra y confían en que la diplomacia vuelva a tomar las riendas del conflicto.
El teléfono de Svetlana Manakovasonó a primera hora de la mañana. Era su hermana, el sonido de las bombas la había despertado de madrugada. La guerra en Ucrania había comenzado. De madre ucraniana y padre ruso, cuenta que no esperaba que las amenazas de Putin acabarían haciéndose realidad.
Un relato que se repite entre los 854 ucranianos que hay censados en Asturias, según explica Olena Kosenko, presidenta de la Asociación de Ucranianos en Asturias a TPA Noticias.
Anastasia Zhytnyk, afincada en Gijón / Xixón, es otra de ellas. El destino quiso que la guerra sorprendiera a su madre y su hermana de visita en Asturias, pero su padre sigue allí.
Poco optimista se muestra Alex Vdovenko, para quien la guerra comenzó en 2014, cuando una bomba rusa casi acaba con su vida en el Donbás. Cree que si la guerra se extienda al resto de Ucrania, servirá al menos para darle visibilidad.
En lo que todos coinciden es en su deseo de que no haya víctimas civiles y que la diplomacia remplace a la guerra.
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