"Nunca me apropié del dinero del sindicato" y "jamás" se cuestionaron internamente las cuentas del sindicato minero SOMA-UGT que se aprobaban "por unanimidad", ha afirmado hoy el ex secretario general del sindicato minero, José Ángel Fernández Villa, que ha añadido que él tomó la iniciativa de conocer el estado de las cuentas a través de una auditoría.
Fernández Villa se ha expresado así durante su declaración ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo, donde hoy se celebra la segunda jornada del juicio contra él por un presunto delito continuado de apropiación indebida.
El sindicato minero, del que fue secretario general durante 35 años, le imputa el desvío de 434.158 euros de los fondos del sindicato a su patrimonio personal por lo que afronta una petición fiscal de cinco años de cárcel, que el SOMA eleva a seis años de prisión.
Villa ha asegurado que el estado de cuentas "está ahí" e incidió en que todas las decisiones que se adoptaban en el seno del sindicato se realizaban "por unanimidad, incluida la elección del secretario general".
El tribunal acordó que Villa declarara al considerar que no había razones suficientes para su suspensión ya que la enfermedad mental sobrevenida y el deterioro cognitivo que sufre, al que apelaba la abogada defensora, Ana García Boto, no le incapacitaban.
Para los magistrados, "la capacidad de Villa está alterada, pero no anulada" aunque su lucidez ha ido variando a lo largo de más de una hora de declaración con sólo un receso de 15 minutos.
De sus primeras palabras, donde reiteraba que "no recordaba nada" o "estoy perdido" pasó a hilvanar frases completas o a acordarse de que la administración "es tan compleja" que no podía dar crédito a lo que está viviendo al intentar rememorar su etapa en el sindicato.
Fernández Villa ha explicado que sesenta años "son muchos años de responsabilidad en la organización" y que ahora se ve "salpicado" al responder a una pregunta de la defensa sobre si recordaba los nombres de las personas que tenían que autorizar la representación del SOMA.
En todo momento ha centrado en el ex contable del sindicato, Juan Cigales, toda la responsabilidad de las cuentas del sindicato y las suyas personales -"lo llevaba todo", ha añadido- de forma que era él quien facilitaba el dinero cuando los miembros de la dirección del sindicato le entregaban los tiques de gastos.
"Pagaba el dinero en efectivo, previa factura. Cigales gestionaba a nivel individual y a la confianza que yo había depositado en él", ha ratificado tras señalar que su agenda diaria la llevaba la comisión ejecutiva del sindicato y criticar a sus responsables por no haber sido capaces de devolver "ni los recuerdos, ni los objetos personales".
"Tampoco quieren ponerme en valor, hay que quitar toda imagen que haga referencia a mi persona", ha señalado tras defender que había gastos que se realizaban de forma individual y asegurar que nunca tuvo una tarjeta específica para usarla él si no que era "una tarjeta que tenía una dispersión por la gente que la tenía".
En referencia a los gastos en puros, flores o colonia, ha explicado que lo hacía "por corresponder a otros" y los enmarcó en una cultura sindical que "conlleva tener ese comportamiento y esas actitudes" mientras que sobre la adquisición de libros para el desarrollo de su actividad sindical ha subrayado: "hay que leer".
Sobre el vehículo Mitsubishi, ha apuntado que la compra se decidió "por motivos de salud" para facilitarle el poder utilizar un coche que reuniese condiciones y que supliese al Audi A4 que tenía antes y que no recordaba a nombre de quien estaba.
"Se puso el Mitsubishi a mi nombre por comodidad porque estoy con un tratamiento singular que se hacía un descuento por la incapacidad y, al tener una minusvalía, el IVA no lo tenía que pagar. Ese era el motivo pero no la totalidad. Había más motivos", que no especificó.
El ex líder minero, que sólo ha contestado a preguntas de su abogada defensora, Ana García Boto, sí ha demostrado acordarse de que no había sido expulsado del sindicato.
"Yo dimití por motivos de salud", ha aclarado antes de identificar al ex contable de la fundación Infide, Amalio Fernández, como la persona encargada de los gastos de la fiesta minera de Rodiezmo mientras que los gastos de formación los llevaba la secretaría correspondiente.
Fernández Villa no ha podido asegurar con certeza si los documentos que le exhibían llevaban impresa su firma dado que, ha asegurado, no era capaz de verlo ni de distinguir la letra.
Despúes de Villa declaró el otro acusado Pedro Castillejo quien aseguró que Villa, en su condición de secretatrio general del SOMA, influía en el nombramiento de cargos como el que él ostentó en el Infide pero que eso no implicaba tener una relación especial con Villa.
Además señaló que era Juan Cigales el único que tenía acceso a la gestión contable de Infide.
© 2024 Radiotelevisión del Principado de Asturias | Todos los derechos reservados
Publicidad | Aviso Legal | Política de privacidad | Política de cookies | RSS | Sobre RTPA | Entidad adherida a AUTOCONTROL