El Ministerio habilitará un carril por sentido en el Huerna como solución provisional
Transportes advierte que la obra para retirar el desprendimiento "va para largo"
La circulación por la autopista AP-66, entre Asturias y la Meseta, cortada desde este domingo por un desprendimiento grandes dimensiones, se reanudará por una de las dos calzadas con un carril por sentido, mediante un bypass.
Según ha avanzado este lunes el Ministerio de Transportes, para garantizar la seguridad se van a colocar provisionalmente unas pantallas de protección dinámicas que impidan que nuevos posibles desprendimientos puedan alcanzar el bypass que se va a construir.
Los operarios de Aucalsa, empresa concesionaria de la AP-66 entre Asturias y León, ya han abierto un primer paso para el movimiento de maquinaria que permita avanzar en los trabajos de desescombro.
El desprendimiento de la ladera, que afectó a los cuatro carriles de la carretera sin que se produjeran heridos, tuvo lugar en el punto kilométrico 76, a catorce kilómetros de la localidad de Pola de Lena, y obliga a desviar el tráfico de la AP-66 por la N-630.
Tras confirmarse la ausencia de coches atrapados y de heridos, la maquinaria de Aucalsa empezó a trabajar ayer en la retirada de tierra y rocas con el objetivo de abrir lo antes posible un paso por los dos carriles más alejados a la ladera mediante un bypass, siempre con "prudencia" y "mucha seguridad", según remarcó ayer su director general, Eduardo Arrojo, pocas horas después de producirse el desprendimiento.
El corte total de la autopista, por la que diariamente pasan más de 6.000 vehículos ligeros y unos 1.300 pesados, ha obligado a desviar el tráfico por el Puerto de Payares, que conecta Asturias con León.
Ante la posibilidad de nevadas, Transportes ha reforzado el dispositivo en este puerto de montaña con cuatro quitanieves adicionales.
El decano de la Facultad de Geología subraya que en Asturias no existe una "salud preventiva"
Expertos geólogos han coincidido en advertir de que el punto en el que este domingo se produjo el desprendimiento que ha dejado cortada totalmente la AP-66, entre Asturias y León, es una zona muy complicada por la fragmentación de la roca y la acción que tienen sobre ella los agentes meteorológicos, y han subrayado que la reparación total de ese talud llevará meses.
Así lo han explicado el decano de la Facultad de Geología de la Universidad de Oviedo, Carlos López, y el profesor de Geotecnia en la institución académica, Daniel Arias, tras el gran derrumbe que bloquea desde las 10:15 de ayer la principal vía de comunicación entre Asturias y la Meseta.
El desprendimiento de la ladera, que afectó a los cuatro carriles de la carretera sin que se produjeran heridos, se produjo en el punto kilométrico 76, a catorce kilómetros de la localidad de Pola de Lena, y obliga a desviar el tráfico de la AP-66 -por la que pasan una media diaria de 6.000 vehículos y 1.200 camiones- por la N-630 (puerto de Pajares).
Tras confirmarse la ausencia de heridos, la maquinaria de la concesionaria, Aucalsa, empezó a trabajar ayer en la retirada de tierra y rocas con el objetivo de abrir lo antes posible un paso por los dos carriles más alejados a la ladera mediante un bypass, siempre con "prudencia" y "mucha seguridad", según precisó ayer su director general, Eduardo Arrojo.
El decano de la Facultad de Geología ha señalado que en este punto de la autopista de alta montaña "se dan todos los ingredientes", dado que se trata de un talud de elevada altura, con unas rocas "muy fracturadas y de muy mala calidad" que están "muy expuestas" a la lluvia y a cambios de temperaturas que las "degrada y las altera".
López ha advertido de la dificultad de prevenir este tipo de desprendimientos si no se lleva a cabo una monitorización "continua", como la que dispone algunas autopistas del País Vasco, y que en el Principado "no existe".
"Con el relieve y la cantidad de kilómetros (de carreteras) que tenemos no parece fácil tenerlo", ha precisado antes de subrayar que, en este contexto, un argayo de estas características "no se podía haber previsto".
Salud preventiva
El geólogo ha subrayado que en Asturias no existe una "salud preventiva" y "no se presta" mucha atención "al tema de los taludes hasta que caen".
Al mismo tiempo, el decano ha puesto en valor el trabajo de los "fantásticos profesionales" de la concesionaria de la vía, Aucalsa, y ha recalcado que si el talud hubiera dado "indicios, se hubiera actuado seguro".
Asimismo, ha comentado que lo prioritario en estos momentos es realizar un estudio de la ladera para detectar si aún existen "zonas inestables", ante de proceder a sanearlo y actuar en su reconstrucción.
Explosión de rocas
En la misma línea se ha expresado el profesor de Geotecnia en la institución académica asturiana, quien ha señalado que ante este grave deslizamiento se tendrán que realizar estudios geotécnicos, que podrían durar "uno o dos meses", para, posteriormente, diseñar la solución constructiva y comenzar las actuaciones de restauración, cuya culminación podría llegar en otoño del año que viene.
No obstante, ha manifestado que, entre tanto duren estas actuaciones, es viable habilitar un paso provisional para la circulación de los vehículos.
El experto ha comentado que, en el contexto actual, es imprevisible anticipar cuándo se va a producir la ruptura "desde dentro hacia fuera" de un macizo de estas características.
"Cuando supera la capacidad de resistencia, es como una explosión", ha comentado tras insistir en que se trata de un punto geológicamente muy complicado al estar "muy fracturado".
El Colegio de Caminos destaca que no se está invirtiendo lo suficiente en conservación de carreteras
Desde el Colegio de Caminos creen que no se está invirtiendo lo suficiente en mantenimiento y conservación de las carreteras. Calculan que el déficit de inversión rondaría ya los 500 millones de euros, ya que superaba los 400 millones hace unos años según el último informe de la Asociación Española de la Carretera. Un dinero que deberían aportar entre la administración central y la del Principado.
Destacan que es más caro arreglar la vía una vez que se produce un argayo que invertir en prevención, pero su certeza es que NO se está dedicando el dinero suficiente.