Fuente: EFE, 19 de noviembre. 2024 14:50

Un periodista mexicano perseguido residirá en Asturias un año protegido por Aministía Internacional

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  • 0:01Que tus hijos no puedan salir porque
  • 0:03no sabes si te van a creativo, van
  • 0:05a agredir a tus familiares.
  • 0:06Que tu hijo esté jugando fútbol y
  • 0:08tenga que ser tenga que entrar
  • 0:10corriendo porque realizaron
  • 0:11detonaciones de arma de fuego hacia
  • 0:13el domicilio y que grite
  • 0:15que sus oídos un varón.
  • 0:17El el que de repente
  • 0:19los gobiernos minimicen las
  • 0:21agresiones hacia los periodistas,
  • 0:23los hacen los asesinatos
  • 0:25que minimicen las desapariciones.
  • 0:26Dónde están esos compañeros
  • 0:28periodistas?
  • 0:29No sabemos.

Alberto Amaro asegura que ahora puede salir a caminar

Alberto Amaro, periodista mexicano que junto a su familia se beneficia del programa de acogida de defensores de Derechos Humanos de Amnistía Internacional (AI) España, se encuentra desde el pasado mes de octubre en Avilés, un lugar del que dice haberse enamorado y que le permite que él y sus hijos puedan salir a la calle y a caminar "sin preocuparse de que algo les puede pasar".

Amaro es uno de los siete defensores de los derechos humanos que AI tiene acogidos en distintos lugares de España gracias a un programa que le permitirá estar durante un año fuera de México y que le abre la posibilidad de quedarse más como refugiado.

Desde que AI puso en marcha este programa en 1997, setenta familias se han beneficiado de él y todas las que han solicitado el estatus de refugiado lo han obtenido, ha subrayado este martes el director de AI España, Esteban Beltrán, en Oviedo.

En su mayoría han sido personas provenientes del continente americano -México, Colombia o Cuba, entre otros países- , pero también ha habido familias de Sierra Leona o Egipto que se han beneficiado este proyecto.

Amaro y Beltrán, junto a representantes de AI Asturias, se han reunido este martes con el presidente de la Junta General del Principado, Juan Cofiño, con el que han abordado la situación que viven los periodistas en México, entre otras cuestiones.

"Lamentablemente en México se vive un problema muy grave, y es uno de los países con más periodistas asesinados y donde más impunidad hay", ha subrayado Amaro al término del encuentro.

A día de hoy, han sido asesinados en ese país 178 periodistas, nueve de ellos mujeres, y otros 31 continúan desaparecidos, por hacer periodismo de campo e investigación para denunciar caos de corrupción policial o de las autoridades.

Amaro, que durante meses vivió con escolta las 24 horas del día y con un botón del pánico conectado a una empresa de seguridad, es el único que sigue vivo de los tres periodistas que se mencionaban en un informe elaborado el pasado marzo por Amnistía Internacional México: "Nadie garantiza mi seguridad. La verdad se protege".

Uno de los asesinados, según ha relatado Amaro, llevaba dos meses incorporado a un mecanismo de protección deficiente y con fallos que no garantiza la seguridad de sus familias y gente querida, pese a que muchas veces las agresiones van dirigidas a ellas y no a los periodistas directamente.

Tras la publicación de dicho informe, ha añadido, no solo intentaron retirarle la protección que tenía asignada, sino que las amenazas y agresiones fueron en aumento, mientras sus hijos no podían salir o jugar al fútbol en la calle porque, como le ocurrió a uno de ellos el pasado agosto, tuvo que entrar a casa diciendo que los oídos le zumbaban por el ruido de las balas.

De México se habla mucho de que hay delincuencia organizada, pero "el 45 por ciento delas agresiones son del Gobierno", ha señalado este periodista que ha reconocido que ante la falta de acción de las autoridades, "lamentablemente los periodistas tienen que autocensurarse y no publican todo lo que saben sobre actos de corrupción".

Él, de momento, sigue trabajando desde Asturias y publicando en México, un país al que todavía no sabe si volverá cuando se acabe su año de estancia en Avilés, porque la decisión no solo dependerá de él, sino de toda su familia.