La Catedral celebra los 950 años de apertura del Arca Santa, un "tesoro" de reliquias

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- 0:00Es una fecha a recordar
- 0:04como sociedad, no solo a nivel
- 0:05eclesial, también como ciudad
- 0:08y como amantes de todo
- 0:10lo que hay
- 0:12y el protagonismo que tiene hoy
- 0:14la Cámara Santa, la Catedral
- 0:16de Oviedo con el turismo,
- 0:18con las visitas, con las
- 0:19peregrinaciones, también con las
- 0:21celebraciones.
- 0:22Y Oviedo se va a constituir en uno
- 0:23de los relicarios principales y uno
- 0:25de los centros peregrinación
- 0:27de peregrinación principales
- 0:29de la cristiandad.
- 0:30Así que la peregrinación
- 0:32a San Salvador tiene aquí
- 0:34su punto de partida.
El documento certifica que el 13 de marzo de 1075 el monarca procedió a abrir el Arca y cita las 85 reliquias que encontró dentro
La Catedral de Oviedo ha celebrado el 950 aniversario de la apertura del Arca Santa, que se venera en el templo de la capital asturiana, por parte del rey Alfonso VI con la exhibición del documento que dio fe de este acto en 1075 y que recoge el listado de reliquias que contenía la pieza.
Para conmemorar esta efeméride, el canónigo archivero de la Catedral, Juan José Muñoz, junto al profesor de Historia de la Universidad de Oviedo, Miguel Calleja, y la directora del Museo de la Iglesia, Otilia Requejo, han mostrado este viernes a los medios de comunicación el documento que narra cómo tuvo lugar el ritual de la apertura, quiénes asistieron y en el que se enumeran las 85 reliquias que contenía el Arca Santa.
Este pergamino, firmado, entre otros, por doña Urraca, la hermana de Alfonso VI, también recoge la donación que el monarca hace a la Iglesias de Oviedo de la jurisdicción del territorio de Langreo.
Efeméride para "recordar"
Este manuscrito, custodiado en el Archivo Capitular de la Catedral de Oviedo, da fe de la apertura el 13 de marzo de 1075 del Arca Santa, una "fecha a recordar por toda la sociedad", ha explicado Muñoz.
"Este documento recoge un hecho muy importante", ha recalcado el archivero, en rueda de prensa, dado que el Arca Santa, que se exhibe en la Cámara Santa del templo, "no solo es una pieza de museo, sino un signo emocional".
Por su parte, el profesor Miguel Calleja ha destacado que el documento exhibido hoy ante los medios, y que no se prevé exponer ante el público, es una "joya" que atestigua un momento histórico que se realizó con toda la "solemnidad posible" en una visita del rey acompañado por toda su corte.
Según ha explicado, la apertura de una pieza de estas características es un "acto inusual", especialmente en este caso, porque "se había intentado décadas atrás" de manera infructuosa.
Calleja ha señalado que de las 85 reliquias que se catalogaron en la apertura del Arca Santa, entre las que no figuraban el Santo Sudario que se está depositado en la Catedral, "no todas se conservan", si bien en su interior aún se hallan un gran volumen de este "tesoro" de piezas.
El experto ha resaltado que la visita del rey a Oviedo, "el lugar donde estaba sepultados sus antepasados", ya de por sí tenía "una significación" especial.
La directora del Museo de la Iglesia también ha puesto en valor que, tras su apertura, la exhibición del Arca Santa en la ciudad asturiana hizo de la capital "un polo de atracción de miles de peregrinos" a partir del siglo XII, lo que repercutió en la fisionomía urbana.
Restauración en 2017
El Arca Santa es una obra de orfebrería que data de la segunda mitad del siglo XI, en concreto de la época de Alfonso VI de León (hacia 1075), aunque otro estudios la sitúan cerca de 1120 y la leyenda sobre sus orígenes afirma que proviene de una antigua caja de madera -de cedro- que contenía, en Jerusalén, reliquias de Jesús y de María.
Las posteriores invasiones de Tierra Santa habrían obligado a trasladarla inicialmente a Alejandría para llegar luego a España a través de Cartagena y, posteriormente, a Sevilla y Toledo, donde se habría construido una nueva caja para sustituir a la original.
Empujada por la invasión musulmana, el Arca habría sido ocultada durante 80 años en la cueva de Santo Toribio, en el monte Monsacro, antes de ser trasladada hasta Oviedo por Alfonso II El Casto.
Las placas de plata que recubren un alma de madera están decoradas mediante las técnicas de nielado, repujado, cincelado y dorado, con una iconografía cristológica en línea con el contenido a guardar y presenta, asimismo, numerosas inscripciones en latín y árabe.
Las primeras constituyen fundamentalmente una sección del acta de apertura del arca en 1075, mientras que las segundas insisten en conceptos como la gloria, la soberanía y la bendición y asistencia de Dios, y complementan, según su ubicación, la iconografía, según el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE).
En 2017 la pieza fue sometida a la mayor restauración de su historia, unos trabajos dirigidos por un equipo multidisciplinar dirigido por la autora del proyecto, la restauradora del Instituto de IPCE, Paz Navarro, y que supuso un desembolso de 56.000 euros.