Los estudiantes califican de histórica la huelga de Educación
Por primera vez desde 2013, profesores, padres y alumnos se han unido en esta convocatoria
Pocas mochilas han colgado hoy de unos pupitres un tanto solitarios que denotan ese seguimiento masivo de los estudiantes.
En el instituto de Tapia de Casariego, solo uno de cada 10 alumnos ha asistido, no así los profesores que han acudido más que los servicios mínimos.
En el suroccidente casi todos los estudiantes se han quedado en casa. En el instituto de Tineo, sólo 20 de los 500 matriculados han venido esta mañana y casi un 30% de los profesores ha secundado una huelga, que ha dejado estampas matinales de silencio.
Por ejemplo en los centros públicos de los barrios del Polígono y Montevil en Gijón /Xixón aparentaba más ser una mañana de domingo que de un jueves.
Más trasiego se ha sentido en los colegios de Primaria y en las Escuelinas. La imposibilidad de compatibilizar el cuidado de sus hijos con el trabajo ha impedido, según algunas familias, que los niños se quedaran en casa.
De los 438 alumnos del Peña Tú de Llanes, un centenar acudió a clase. El paro también fue significativo entre el profesorado, según fuentes del centro.
Mientras, en la universidad solo se sentía a primera hora de la mañana los gritos del pasacalles llamando a la huelga.
En su recorrido hallaron pasillos y aulas casi vacías, lo que ya les permitía calibrar el éxito de esta convocatoria.
Los estudiantes ya califican esta huelga de la educación de histórica.
Alternativa en Bimenes
Las familias de Bimenes han podido decantarse por la huelga escolar sin tener que sufrir los habituales problemas de conciliación laboral.
El AMPA del Colegio Público de Martimporra ha recogido a los niños para hacer una jornada paralela en la Casa de Cultura.
Una veintena de niños han disfrutado de un programa de actividades alternativo que incluye juegos y proyecciones, además de una reflexión sobre la situación que atraviesa la educación.
Un alivio para sus padres que no han tenido que mandarlos a clase por no tener con quién dejarlos.