El jurado delibera sobre el asesinato de Javier Ardines
Los nueve miembros del jurado tienen en su decisión el futuro de los cuatro acusados
El jurado popular del juicio por el asesinato del concejal de IU de Llanes Javier Ardines ha recibido este lunes el objeto de veredicto para iniciar las deliberaciones sobre la culpabilidad o no culpabilidad de los cuatro acusados.
Los nueve miembros del jurado -cuatro mujeres y cinco hombres- tendrán en su decisión el futuro de los cuatro acusados: Pedro N.A., señalado como presunto inductor, Djilali B. y Maamar K. como presuntos sicarios, y Jesús M., como el hombre que medió entre ellos, quienes afrontan una petición de la Fiscalía y la acusación particular de 25 años de prisión frente a la libre absolución que reclaman sus defensas.
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha celebrado uno de los juicios más mediáticos de Asturias durante un mes, a lo largo de 18 sesiones, en las que han testificado además de los cuatro acusados, la viuda y los hijos de Ardines, la mujer de Pedro N.A. -con quien el edil mantuvo una relación secreta- , la esposa de Maamar K., la mujer cuyo ADN se halló en la escena del crimen, así como los investigadores de la Guardia Civil, Policías locales, vecinos de Llanes y los médicos forenses.
El tribunal popular ha podido escuchar el relato de los agentes de los departamentos de Química, Biología, Investigación Tecnológica, Rastreo y Análisis que participaron en registros, detenciones, análisis de ADN y de los objetos supuestamente utilizados en la emboscada al edil, así como el geoposicionamiento de los móviles que son una de las principales pruebas indiciarias con que cuentan la Fiscalía y la acusación particular.
Las defensas piden que el veredicto sea de no culpabilidad al cuestionar la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil en base a la falta de pruebas directas tanto de cámaras como de testigos que sitúen a los acusados en Belmonte de Pría el 16 de agosto de 2018, cuando Javier Ardines sufrió una emboscada al bajar de su vehículo a retirar una de las vallas que le obstaculizaban el paso y, tras ser rociado con un espray de pimienta, fue golpeado con un palo y un bate de béisbol y posteriormente estrangulado hasta la muerte.