Emburria trabaja por la integración de las personas con discapacidad intelectual
En la sede atienden a 48 usuarios cuyas edades van desde los 3 a los 18 años
Lograr que las personas con diversidad funcional desarrollaran una vida plena en su entorno era el propósito inicial de Emburria. En un primer momento atendía las necesidades de una decena de familias que buscaban una mejor calidad de vida para sus hijos.
Aquel proyecto inicial, que arrancó con un centro de día, no ha dejado de crecer y su cartera de servicios se ha ido ampliando de forma ininterrumpida desde entonces. Quienes participaron en su fundación y colaboran a diario con Emburria se sienten emocionadas con su crecimiento.
En el bajo de su sede en Cangas de Onís funciona un centro de atención integral, un equipamiento que cuenta con sala de psicomotricidad, sala de multiestimulación y en el que trabaja un equipo profesional multidisciplinar. Atiende a 48 usuarios cuyas edades van desde los 3 a los 18 años.
En su interés por abrirse a la sociedad, Emburria ha puesto en marcha actividades como 'Patios Divertidos', un proyecto que arrancó hace seis años en el colegio cangués, y que financia la Consejería de Educación a través de fondos europeos, se ha extendido a más centros educativos.
Entre los más novedosos está el proyecto 'Prevenir, detectar y actuar', desarrollado en colaboración con Bienestar Social y que incluye talleres semanales con los más pequeños.