La Fiscalía imputa un delito de asesinato a los cuatro detenidos por el crimen de Ardines
El Ministerio Público ha trasladado este viernes a los cuatro investigados los hechos que les imputa
La Fiscalía del Principado de Asturias atribuye la comisión de un delito de asesinato a los cuatro investigados por el crimen del concejal de IU en Llanes Javier Ardines, el 16 de agosto de 2018 en la parroquia llanisca Belmonte de Pría.
El Ministerio Público ha trasladado este viernes a los cuatro investigados los hechos que les imputa en este momento del procedimiento, tal y como establece la Ley del Tribunal del Jurado.
Según ha informado la Fiscalía, a Pedro L.N.A., amigo de la víctima, le atribuye un delito de asesinato como inductor; a los dos presuntos sicarios de nacionalidad argelina (M.K. y D.B.), como coautores, y a J.M.B., presunto intermediario, como cooperador necesario.
El último en entrar en prisión provisional fue el argelino D.B., el pasado 14 de mayo, después de que fuera entregado a España por las autoridades suizas tras cumplir una condena por otros delitos.
El crimen de Ardines exigió una compleja investigación que dio lugar a varias detenciones seis meses después del asesinato.
El 19 de febrero de 2019 fue detenido en su vivienda de Amorebieta (Vizcaya) Pedro L.N.A., amigo personal del concejal, como supuesto inductor al encargar presuntamente el crimen a dos sicarios no profesionales movido por los celos ante sus sospechas sobre una posible relación entre su mujer y el edil.
El mismo día también fueron detenidos en Vizcaya uno de los dos supuestos sicarios, D.B., y J.M.B., que según los investigadores pudo servir de enlace entre el inductor y los autores materiales.
En su declaración ante la jueza, D.B. afirmó que el inductor les pagó a él y al otro supuesto autor material 25.000 euros y al mediador otros 10.000, aunque su compatriota M.K. ha rechazado su participación y que estuviera en Llanes el día del crimen, pese a que la señal de su móvil le situaría en la zona.
Según los investigadores, el presunto inductor planeó con tiempo y detalle el asesinato del que fuera su amigo movido por los celos.
Ardines, que había renunciado a su sueldo de concejal y se ganaba la vida como patrón de barco, tenía unas rutinas y unos horarios que hacían fácil calcular sus movimientos puesto que salía a diario sobre las 6:30 horas a faenar con su embarcación "Bramadoria", antes de atender a sus responsabilidades municipales.
Algunos días antes de su asesinato, el concejal, de 52 años, casado y padre de dos hijos, comentó a su entorno algo que le había llamado la atención, el hecho de que encontrara unas vallas puestas en el camino rural por el que circulaba todas las mañanas.
En aquella ocasión, Ardines decidió bajar del coche para retirar las vallas y continuar su recorrido hasta el puerto de Llanes sin más incidencia, pero el 16 de agosto tres vallas de obra volvían a bloquearle el paso y, cuando se bajó de la furgoneta con el motor aún en marcha para retirarlas, fue sorprendido por sus asesinos.
La autopsia reveló que el concejal murió de varios golpes en la cabeza y nuca con un objeto contundente de forma que sólo pudo moverse unos metros antes de caer desplomado donde poco después fue encontrado fallecido por un vecino.