El Centro Tecnológico Forestal diseña una barrica de roble idónea para sidra o whisky

El aparato selecciona la madera de forma automática y desvela aspectos de la misma que podrían influir en el producto

Con la colocación de la duela arranca el proceso del prototipo compuesto por tres partes que analiza las propiedades de la madera de roble. Se consigue gracias a los cinco disparos de su célula fotoeléctrica y revela aspectos como la porosidad, el tamaño de grano o cómo influiría en la bebida que contendrá señala Amelia González, coordinadora del proyecto y miembro del Laboratorio de Bioproductos del Cetemas.

Una técnica que ya se usa en otros países con tradición tonelera ligada especialmente al vino pero que aquí puede servir también para la sidra, la cerveza o licores, ya que se pretende hacerla llegar a las empresas locales. Y es que la madera de roble asturiana transfiere al producto propiedades singulares apuntan Blanca Fresno, maestra cervecera y Tino Panizales, del Llagar Panizales.

Una apuesta por la innovación y revalorización de las materias primas en el propio territorio en la que se han invertido 170.000 euros asegura Begoña López, directora general de Agroindustria y Desarrollo rural.

También se busca promover una adecuada gestión y explotación del roble cuya demanda además es cada vez mayor y que lleva casi un siglo enviándose por ejemplo a los toneleros de Jerez.