La convocatoria exigía la colaboración de varias universidades o centros tecnológicos, lo que implicaba a un mínimo de 10 personas. Se publicó a unos días de las vacaciones administrativas de los centros y tuvieron un par de meses de intenso trabajo para lo que parecía una gran oportunidad. Las solicitudes rondaban los dos millones de euros por proyecto apuntan Elías Fernández, investigador de la Universidad de Oviedo; e Irene Díaz, vicerrectora de Investigación.
Un año y medio después, el Ministerio de Universidades canceló la convocatoria sin haber llegado a publicar una lista de admitidos, con una sola explicación: causas de fuerza mayor.
Aunque el grupo G9 de Universidades ya ha mostrado su apoyo ante un posible recurso, los equipos dan por perdida esta financiación, proveniente de fondos europeos de recuperación, que deben estar ejecutados antes de que termine el año.
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