Cada euro invertido en innovación generó 2,5 euros de riqueza en Asturias
Por cada millón de euros en ayudas públicas en innovación se crean 31 empleos al año
Cada euro público invertido en ciencia e innovación genera 2,58 euros de riqueza en el sistema productivo regional y por cada millón de euros de ayudas se crean 31 empleos en un año.
Éstas son algunas de las conclusiones del último informe de la Cátedra para el Análisis de la Innovación en Asturias (C_innovA) de la Universidad de Oviedo que mide, por primera vez, la incidencia de la I+D+i en la economía y el mercado laboral en el Principado.
El documento, que este lunes ha sido presentado por el rector, Ignacio Villaverde; el consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez; el subdirector de la cátedra, Esteban Fernández, y el autor del trabajo, el profesor André Carrascal, cuantifica el efecto que tiene la inversión de la administración regional en programas de investigación, desarrollo tecnológico e innovación en el crecimiento de la economía regional a corto y medio plazo.
Para ello, el informe toma como referencia las ayudas de las administraciones públicas en apoyo a la I+D+i asturiana durante 2021, que ascendieron a 90 millones de euros.
Según los autores del análisis, a partir de esas ayudas la producción de la economía asturiana experimentó un incremento en términos absolutos de más de 231 millones de euros, y el valor añadido bruto (VAB), variable mediante la que se puede aproximar la productividad, creció 149 millones de euros.
Otra conclusión es que por cada euro gastado en programas de I+D+i se generan otros 1,58 euros en el sistema productivo regional, lo que supone un impacto total de 2,58 euros.
Además, las ayudas desembolsadas generaron 2.805 puestos de trabajo en la comunidad, de los que 2.321 correspondieron a empleo asalariado, y 483 a puestos no asalariados.
De esta forma, por cada millón de euros invertidos en ciencia e innovación se generon 31 empleos.
Por su parte, el sector privado asturiano recibió en torno al 34 por ciento de las ayudas, cerca de 30 millones, mientras que los 60 millones restantes fueron destinados a instituciones.
De dicha cuantía, el 38 por ciento tuvo como destino la Universidad de Oviedo, en tanto que el 28 por ciento fue a fundaciones, centros de investigación u otros centros educativos.
Los autores resaltan que los efectos más importantes son los que se generan a largo plazo, puesto que calculan que, gracias a las ayudas invertidas en 2021, la productividad asturiana crecerá anualmente entorno a un 0,2 por ciento durante la próxima década.
Por concejos, Oviedo y Gijón son los que concentraron el grueso de la captación de ayudas públicas a la I+D+i, pero son más de una veintena los municipios que contaron con fondos públicos destinados a investigación e innovación.