Asturias deja la Vuelta más abierta que nunca

La dureza de las carreteras asturianas volvió a marcar al pelotón de la ronda española

La dureza de las carreteras asturianas volvió a marcar al pelotón de la ronda española. El mal tiempo reinante también ayudó a endurecer las dos jornadas en territorio astur.

El domingo los aficionados tuvieron un ascenso plácido al Cuitu Negru, todo lo contrario que los corredores. En la oscuridad de un infierno con rampas imposibles brilló la estrella emergente de nuestro ciclismo.

En la cima les esperaban sus auxiliares, que no se creían lo que Pablo Castrillo iba a conseguir, lograr su segunda victoria de etapa, rematando en dos ocasiones a todo un Aleksander Vlasov en el durísimo final lenense que llevaba al pelotón al punto más alto de la Estación invernal de Valgrande Pajares.

Entre los favoritos Ben O Conor salió vestido de rojo del Cuitu Negru, algo que pocos esperaban y que muchos apostaron después que el australiano claudicaría por fín en Los Lagos de Covadonga.

El peregrinaje a la icónica cima fue menor que en otras ocasiones y los que allí estuvieron se quedaron con las ganas de ver a uno de los grandes del pelotón.

De camino a Los Lagos, en el descenso de Collada LLomena, Van Aert se fue al suelo para decir adiós antes de tiempo a una Vuelta a España que por fin recompensó a Marc Soler. El catalán, tras tres terceros puestos en los últimos días, levantaba ayer los brazos en esta ronda española.

Marc Soler se iba de Asturias con una victoria de prestigió y Ben O Connor liderando la clasificación una jornada más. En los Lagos de Covadonga Primoz Roglic se quedó a tan solo cinco segundos de la Reconquista.