Estamos a finales de octubre, la segunda ola está disparada y mayoritariamente seguimos yendo a trabajar.
En Asturias, que es la tercera comunidad con más porcentaje de teletrabajo, solo un 15% de los ocupados teletrabajó según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Pese a las recomendaciones de las autoridades, no se implementa lo suficiente.
En el Club de Calidad aseguran que el reto está en la cultura. Centrarse en los resultados y marcar objetivos a la hora de controlar la productividad, más allá de la presencia. Han detectado que el 84% de los mandos creen que al menos en parte, pueden teletrabajar.
En la empresa familiar creen que es por falta de concienciación y aseguran que hace falta un cambio de chip. Consideran que no hay madurez en las relaciones laborales y que existe desconfianza con respecto a que la baja concentracion pueda dar lugar a pérdidas de rendimiento.
Además hay más factores como que sigue costando hacer la inversión en equipos en remoto, por ejemplo ordenadores portátiles.
Desde FADE recalcan que para un teletrabajo que fluya hace falta que todas las partes activen su modo a distancia: también los clientes y las administraciones.
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