En Estados Unidos el gobierno de Joe Biden ha vuelto a pedir que se prohíban las armas de asalto y medidas que eviten los tiroteos masivos en los institutos, como el que ayer ocurrió en Georgia. Cuatro personas murieron y otras nueve resultaron heridas a manos de un menor de solo 14 años.
Desde la casa Blanca, el mensaje ha sido contundente: "Seguimos pidiendo al Congreso que haga algo. Necesitamos verificaciones de antecedentes universales. Necesitamos prohibir las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad, exigir el almacenamiento seguro de las armas de fuego. Invertir en programas de prevención de la violencia y aprobar una ley nacional de alerta. Ya es suficiente", decía la portavoz del gobierno apenas unas horas después del ataque.
En lo que va de año, Estados Unidos ha sufrido 385 grandes tiroteos. El detenido por este ataque en Georgia ya había sido investigado el año pasado por amenazas en Internet sobre un posible tiroteo en una escuela, incluso llegó a ser interrogado junto a su padre, que declaró que el menor no tenía acceso a las armas sin supervisión. El estudiante será ahora acusado de asesinato y juzgado como adulto.
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