El Parlamento Europeo da luz verde esta semana a su propuesta de mecanismo para el ajuste del carbono en frontera, es decir, para que las empresas europeas y extranjeras paguen lo mismo por lo que contaminan. La propuesta ha concitado una amplía mayoría en la Eurocámara, pero queda camino por recorrer.
Se debate este lunes y se vota el miércoles. Es el mecanismo del que se dotará Europa para tratar de que el resto de países reduzca sus emisiones de C02 y que en nuestro mercado interior las reglas sean igual para todos.
Es el camino para conseguir la neutralidad climática en Europa sin fugas de empresas, pero hasta 2023 no entrará en vigor, un tiempo en el que el riesgo de deslocalizaciones persistirá.
Ahora la Comisión Europea deberá presentar su propuesta legislativa antes del verano.
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