Llegan a Afganistán los diplomáticos españoles para agilizar la repatriación de los cuerpos
Una española permanece ingresada tras ser herida en el ataque
Los diplomáticos españoles ya han aterrizado en Kabul, capital de Afganistán, y están trabajando para agilizar los trámites para la repatriación de los cuerpos de los tres españoles que fallecieron el viernes en el atentado en la ciudad de Bamiyán, y prestar ayuda y asistencia consular.
También están en contacto con el hospital de Kabul, donde permanece ingresada la española herida en el ataque, que evoluciona favorablemente, aunque su pronóstico es reservado, según informan fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
Las fuentes explican también que uno de los dos españoles que resultaron ilesos ya ha abandonado Afganistán, mientras que el otro permanece allí por su deseo, para realizar unas gestiones personales, según ha comunicado, y saldrá tan pronto lo decida.
Los diplomáticos españoles desplazados por el Gobierno desde Qatar y Pakistán son el embajador en Afganistán, basado en Doha por razones de seguridad, y otro diplomático enviado de la Embajada en Pakistán.
Ambos estarán en contacto permanente con el grupo de españoles que sufrió el ataque en Bamiyán el viernes hasta que todos abandonen el país y todos los cuerpos sean repatriados, para ofrecerles ayuda y asistencia consular, añaden las fuentes.
El ataque -el primero contra turistas extranjeros desde la llegada de los talibanes al poder en 2021- ocurrió el viernes hacia las 18:00 hora local (14:30 GMT), cuando el grupo "se encontraba dentro de un vehículo" mientras visitaba la ciudad de Bamiyán, según el director de Información y Cultura de Bamiyán, Safiullah Rayed. Fueron atacados en el bazar de la ciudad "por hombres armados desconocidos".
Las víctimas mortales son una mujer y su hija, farmacéuticas ambas, que regentaban sendas farmacias en la estación de Sants de Barcelona y en Terrasa, en el barrio de Les Arenes-La Grípia-Can Montllor, respectivamente, y un ingeniero jubilado de 63 años y natural de Girona, que había trabajado en la empresa química Covestro, en su planta de Tarragona.
En España, la Fiscalía de la Audiencia Nacional ya investiga por un presunto delito de terrorismo el asesinato de los tres españoles.