Apenas unas horas antes de que comience en el Congreso el debate de la moción de censura presentada por el líder del PSOE, Pedro Sánchez, contra el Gobierno de Mariano Rajoy, la incertidumbre sobre el resultado es máxima y, una vez más, todas las miradas están puestas en el PNV.
Después de que Ciudadanos haya dicho por activa y por pasiva que no hará presidente a Pedro Sánchez en estas condiciones, todo indica que la única opción es que la moción de censura salga adelante con el apoyo de Podemos -respaldo ya asegurado- y de los partidos nacionalistas e independentistas.
El voto a favor de ERC parece casi garantizado mientras que el PDeCAT y, sobre todo el PNV, mantienen la incógnita sobre el sentido de su voto.
De momento, el PDeCAT ha anunciado que no tomará una decisión definitiva hasta escuchar mañana la intervención de Pedro Sánchez.
Muy especialmente, le interesa conocer su posición sobre el proceso independentista en Cataluña, la situación de los políticos en prisión o la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Son necesarios al menos 176 votos a favor para desalojar a Rajoy del Palacio de la Moncloa y, para ello, son absolutamente imprescindibles los cinco escaños del PNV, partido que, de momento, se guarda sus cartas.
La dirección del PNV se reunirá mañana jueves de manera extraordinaria para decidir el sentido de su voto.
Decisión que comunicará tras escuchar las motivaciones del PSOE para presentar la moción y conocer los compromisos que adquiere el candidato.
A falta de certezas, se ha extendido como la pólvora la hipótesis de una dimisión de última hora del presidente del Gobierno en el caso de que tenga la evidencia de que pierde la votación.
Posibilidad que se ha encargado de negar de plano el propio Rajoy, que ha garantizado que no dimitirá e intentará agotar la legislatura.
Opción que ha descartado de plano también el 'número tres' del PP, Fernando Martínez-Maíllo.
"No puedo descartar lo que no se plantea. No hay esa opción", ha zanjado.
El presidente del Gobierno ha aprovechado la sesión de control para acusar a Sánchez de presentar una moción de censura con la que pretende "chantajear" a todos y que es un atajo "torticero" para llegar al poder ante su incapacidad para ganar las elecciones.
Los socialistas, que ayer mantuvieron una ronda de contactos con los grupos, hoy se ha mantenido en un discreto segundo plano, como velando armas para la cita de mañana.
Su principal apoyo, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se ha mostrado convencido de que la moción de censura saldrá adelante y ha abogado por que Pedro Sánchez conforme un gobierno de coalición que represente a una mayoría amplia de españoles.
En caso de que Sánchez fracase, insiste en su idea de presentar otra moción con el objetivo de abrir el camino a una convocatoria electoral.
Sin ninguna certeza de cuál puede ser el resultado, lo que sí se conoce es la escenografía del debate que comenzará mañana a las 9.
Aunque no es diputado, Sánchez se sentará en un escaño de su grupo parlamentario y podrá asistir el viernes a la votación que es nominal por llamamiento.
El primero en subir a la tribuna para defender la moción de censura será el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, sin límite de tiempo.
Previsiblemente el dirigente socialista planteará la censura a Rajoy como una cuestión de dignidad democrática, de coherencia y de cumplir con su obligación como primer fuerza política de la oposición, ante la falta de asunción de responsabilidad tras la sentencia del caso Gürtel.
Todo apunta a que Ábalos intentará también situar a Cs como cómplice de la corrupción del PP, por no apoyar a moción, ya que ese es uno de los objetivos de la iniciativa socialista.
Le seguirá, igualmente sin límite de tiempo, el candidato Pedro Sánchez, en su caso para exponer el programa de gobierno que quiere aplicar si consigue el apoyo mayoritario de la Cámara.
Como lleva haciendo los últimos días, el líder del PSOE apelará a los 350 diputados de la Cámara para responder con su voto a una única pregunta: si tras la sentencia de Gürtel, Rajoy puede continuar como presidente del Gobierno.
No obstante, el Gobierno puede intervenir en cualquier momento del debate, y cabe la posibilidad de que el presidente, Mariano Rajoy lo haga, incluso antes que hable Sánchez, porque en la moción de censura de Pablo Iglesias lo hizo justo después del discurso inicial de la portavoz de Unidos Podemos, Irene Montero.
En cualquier caso y acabados los turnos de réplicas y contrarréplicas entre Sánchez y Rajoy, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, ordenará un receso, tras lo cual comenzará el turno de los portavoces de los grupos de menor a mayor, comenzando por el grupo mixto, por un tiempo máximo de 30 minutos cada uno.
Al igual que en el primer turno de intervenciones, el candidato podrá responderles en bloque o de uno en uno.
El año pasado, la primera jornada de debate de la moción liderada por Iglesias se extendió durante más de once horas y acabó con la intervención del ERC.
Ya el viernes, tomarán la palabra el resto de los grupos parlamentarios antes de la incierta votación, por llamamiento y de viva voz, que se celebrará probablemente a última hora de la mañana.
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