Ciudadanos amenaza con votar en contra de Rajoy si pacta con los nacionalistas
Maroto señala que si Ciudadanos vota a favor aparcarán el diálogo con los independentistas
Ciudadanos ha amagado con votar en contra de Mariano Rajoy, en lugar de abstenerse en la segunda vuelta, si llega a un acuerdo con los nacionalistas para facilitar su investidura, una advertencia a la que los populares responden con más presión: si C's vota sí, el PP aparca cualquier relación con los nacionalistas.
A un día de conocerse el calendario de la ronda de audiencias del Rey para encargar la formación del Gobierno, PP y C's se presionan mutuamente a cuenta de los nacionalistas para forzarse a dar pasos y también al PSOE, ya que con el voto a favor de Ciudadanos, los populares creen que tendrían la abstención de los socialistas.
Ha sido José Manuel Villegas, el "número dos" de Albert Rivera, quien ha puesto hoy sobre la mesa esta advertencia al PP después de que ayer Ana Pastor fuera elegida presidenta de la Cámara con los apoyos previstos (los 169 diputados del PP y C's) y un voto sorpresa de diez parlamentarios nacionalistas -que no se han identificado públicamente- en la votación de dos de sus vicepresidentes.
Ciudadanos no contempla ningún tipo de pacto con los que "quieren romper España" y, por tanto, Villegas ha advertido de que darán marcha atrás si tienen la sospecha de que ha habido algún tipo de acuerdo para facilitar que Rajoy gobierne.
A renglón seguido, el vicesecretario de Sectorial del PP, Javier Maroto, ha metido presión a Ciudadanos al afirmar que si apoyan a Rajoy, el PP "aparca" cualquier relación con los nacionalistas e independentistas, y "se acaba el papel" de estas formaciones políticas en la negociación.
Maroto ha puesto la pelota en el tejado de Ciudadanos para despejar el camino a un gobierno de Rajoy, convencido, además, de que sería el camino para que los socialistas se abstuvieran en la investidura, una abstención que, a día de hoy, rechaza rotundamente el PSOE.
En medio de este cruce de advertencias entre PP y Ciudadanos, los nacionalistas aludidos, en concreto el portavoz de Convergencia en el Congreso, Frances Homs, ha negado, en primer lugar, tener un acuerdo con el PP a cambio de garantizarse un grupo en la Cámara, un acuerdo del que habrían salido los diez votos anónimos de la elección de Ana Pastor.
Con el Reglamento en la mano, los nacionalistas catalanes no tendrían grupo propio al no cumplir con el requisito de haber obtenido al menos el 15 por ciento de los votos en todas las circunscripciones a las que se presentaron el 26 de junio.
Homs se ha amparado en el secreto del voto frente a las acusaciones de otras formaciones de haber apoyado a los candidatos del PP y Ciudadanos para las vicepresidencias del Congreso, insistiendo en que todos tienen "muchas ganas de saber de dónde salen estos diez votos", si bien, en cualquier caso, estos votos "no cambian nada".
También el portavoz del PNV, Aitor Esteban, ha asegurado que los cinco diputados vascos votaron ayer en blanco en la designación de la Mesa y no a favor, como han sugerido desde las filas del PSOE y de Podemos.
De paso, Esteban ha aprovechado para recalcar que votarán "no" a Rajoy tanto en la primera votación de la investidura como en la segunda, si es que finalmente éste recibe el encargo de Felipe VI para formar gobierno.
Y colateralmente a las negociaciones de Gobierno, la formación de grupos parlamentarios ha empezado a generar polémica ya que Convergencia está dando sus pasos para que la Mesa de la Cámara interprete el Reglamento a su favor.
Tienen ya el primer veto de Ciudadanos, que se opondrá a que se "retuerza" el Reglamento, confiando, además, que PP y PSOE hagan lo mismo al entender que hay que ser "estrictos" con el cumplimiento de las leyes.
Las confluencias de Podemos también aspiran a tener grupo separado pero el Reglamento impide que lo tengan fuerzas que no han competido entre ellas, aunque en todo caso, es la Mesa la que tiene la última palabra.