El PP da "carta blanca" a Rajoy para negociar con Ciudadanos
El comité no ha entrado a debatir las condiciones que puso la formación de Albert Rivera
El líder del PP, Mariano Rajoy, ha recibido hoy el aval de su partido para iniciar la negociación de la investidura con Ciudadanos, pero ha aplazado la respuesta a sus condiciones, lo que ha llevado al partido de Albert Rivera a lamentar el tiempo perdido.
Pocas horas después de las declaraciones de Rajoy en la sede del PP, el número dos de Ciudadanos, José Manuel Villegas -Rivera hoy no ha comparecido ante los medios-, ha acudido a la sala de prensa del Congreso para una comparecencia que ha comenzado con el reconocimiento de que su partido estaba "sorprendido".
En el partido de Albert Rivera esperaban hoy la aceptación de sus condiciones, independientemente de las puntualizaciones que pudiera hacer el PP, y por tanto el comienzo de una negociación cara a la investidura.
Pero no ha ocurrido eso, ya que el líder del PP ha destacado principalmente la importancia de que la plana mayor del partido le haya dado "carta blanca" para iniciar con Ciudadanos la negociación. Por ello, Villegas ha asegurado que "para un no-debate no hacía falta perder siete días".
Así que la concreción sobre las condiciones, y muy especialmente la que incumbe a la fecha del debate de investidura, dependerá en gran medida de la nueva reunión que tendrán mañana en el Congreso Rajoy y Rivera.
A pesar de que todos los dirigentes del PP habían manifestado durante estos días, tanto en público como en privado, anónimamente o con nombre y apellidos, que el Comité de hoy del partido serviría para "comentar" o apuntar algunos matices de las condiciones de Rivera, el líder ha recalcado que esto nunca figuró en sus planes.
El cónclave de hoy ha propiciado, sobre todo, un compromiso global para ir "hasta el final" en el intento de que haya nuevo gobierno, en palabras de Rajoy, para quien en ningún instante del Comité se ha abordado el estudio de las condiciones de Rivera.
Preguntado entonces si las acepta, ha afirmado como respuesta: "Mientras no perjudiquen el interés general, podemos aceptar muchas cosas. O no. Pero lo que hay que preguntarse es: '¿Merece la pena que haya nuevo Gobierno?' Yo haré ese esfuerzo".
El candidato ha ilustrado con números el juego de mayorías parlamentarias: si lograra el sí de Ciudadanos, tendría 169 votos a favor en una hipotética investidura, y, si a estos se añade el escaño de Coalición Canaria, con el que negocia el PP, el resultado se quedaría en 170 apoyos, insuficientes frente a los partidarios del no, unos 180 diputados.
Así, según ha señalado Rajoy, mientras Ciudadanos ha dado un paso, el PSOE "por ahora no ha dado ninguno", lo que hace la investidura imposible y allana el camino hacia las terceras elecciones.
El presidente del PP, ante dichas circunstancias, ha subrayado su intención de volver a reunirse con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, para que le especifique si su estrategia consiste en celebrar elecciones otra vez. De paso, le pedirá su punto de vista sobre cuándo ha de hacerse la investidura.
Con todo, Rajoy ha dejado claro que su prioridad no pasa tanto por fijar la fecha del debate como por lograr la formación de gobierno y alejar del todo la posibilidad de unos terceros comicios en un año.
Villegas, en cambio, no ha expresado la misma opinión: ha advertido a Rajoy de que no habrá negociación, y por extensión un posible sí a la investidura, si no se aceptan sus seis condiciones -pacto anticorrupción, eliminación de aforamientos, reforma de la ley electoral, entre otras-, así como la elección de una fecha de investidura.
No es un ultimátum, ha matizado, pero sí una exigencia al presidente de los populares a "mojarse", aunque le cueste "mucho tomar decisiones".
Asimismo, ha precisado que esa fecha de investidura debería fijarse en el calendario antes del arranque de las campañas electorales gallegas y vascas, la noche del 8 de septiembre.
La rueda de prensa de Rajoy ha apremiado a Pedro Sánchez a convocar de urgencia a los medios para resaltar que esas declaraciones han sido, según sus palabras, "una tomadura de pelo" e "impropias" de un candidato a la Presidencia del Gobierno.
Porque el líder del PP, tal y como ha señalado Sánchez, ha salido del Comité Ejecutivo con tanta "indefinición" que a su juicio está siendo el principal causante del "bloqueo" actual.
Por ello, le ha exigido que fije la fecha de investidura antes de que acabe la semana, porque, si no lo hace, el grupo socialista registrará una iniciativa para instar a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, a que marque el día y la hora.
Esa "indefinición", esa "falta de avances" de Rajoy, ha permitido a Sánchez reafirmarse en un no que, según ha dicho, es compartido por su partido y por "una amplia mayoría de votantes progresistas".