La asesina confesa de la dirigente política Isabel Carrasco no muestra arrepentimiento
Dice que realizó un acto en "beneficio para la humanidad"
"Tan sólo he hecho justicia". Con esas palabras justificaba su crimen la asesina confesa de Isabel Carrasco, Monserrat González, según recoge el informe psiquiátrico. Monserrat González asegura que cuando mató a tiros a la que fuera presidenta de la Diputación de León realizó un acto en "beneficio para la humanidad" y añadió que la "mala hierba debe cortarse".
Los forenses que han analizado a Monserrat González consideran que ésta siente "más resentimiento que arrepentimiento" y que defiende su crimen basándose en el supuesto acoso, que dice, sufría su hija Triana Martínez por parte de Isabel Carrasco.
El letrado de la defensa reconoce que Montserrat acabó con la vida de Carrasco debido al profundo odio que sentía hacia ella. Su abogado alega que padece un trastorno mental que mermó sus facultades en el momento del crimen y pide para ella 8 años y medio de cárcel.
La defensa admite que madre e hija colaboraron en el asesinato de Isabel Carrasco pero pide la libre absolución para Triana. Según el escrito de su defensa, existen informes psiquiátricos que prueban que la joven de 36 años cayó en una grave depresión tras ser despedida de la Diputación y que eso provocó que no fuese consciente de sus actos, llevándola a formar parte del plan criminal urdido por su madre.