Rato alega que las tarjetas eran una forma de incentivo totalmente legal
Cree que Bankia no ha actuado de "buena fe"
El exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato ha explicado hoy que las tarjetas opacas de Caja Madrid que investiga la Audiencia Nacional constituían "un incentivo perfectamente legal", equiparable a los que se veían en el resto del sector.
Rato ha comenzado hoy a responder a las preguntas del fiscal Anticorrupción, Alejandro Luzón, al que ha asegurado que al día siguiente de acceder al cargo, el entonces director general Ildefonso Sánchez Barcoj le entregó una tarjeta para uso personal y con carácter remuneratorio, y otra para gastos de representación.
En aquel momento, entendió que se trataba de una forma de pago para los órganos de gobierno y para el comité de dirección; y es que según Rato las cajas que dieron lugar a Bankia eran muy pequeñas y casi todas tenían dietas por asistencia, pero Caja Madrid tenía unas condiciones distintas al tratarse de la cuarta entidad de España.
Dichas tarjetas, ha explicado, tenían un límite anual fijado antes de su llegada a Caja Madrid, limite que él nunca modificó y que no recuerda si gastó íntegramente, aunque ha precisado que "estaba dentro de sus derechos y de sus posibilidades".
El que fuera presidente del FMI ha asegurado que ha conocido más detalles sobre las tarjetas durante la fase de instrucción, y ha eludido dar su opinión sobre algo que "no me parece ni bien ni mal el sistema, ni podría afirmar que se trató de la única entidad en España en aplicarlo".
Por lo que respecta a la cuestión de quien entregaba las tarjetas, Rato ha explicado que los miembros de los órganos de gobierno "creo que las entregaba el secretario general, a mi el director financiero y a los miembros del comité de dirección, el presidente anterior".
Antes de 2003, estaban englobadas como un incentivo establecido por la comisión de retribuciones, y él "personalmente" no le preguntó a nadie por este paquete retributivo, ni tampoco "ningún miembro del consejo o de la comisión de retribuciones me planteó ningún problema".
Dicho comité se crea en 2004 y su principal función era fijar una indemnización para los miembros del consejo, ha aclarado.
Nadie de Caja Madrid, ha reiterado, le hizo ninguna mención a la remuneración de los consejos, y lo que ha conocido después es que la cuenta había sido objeto de sucesivas inspecciones fiscales, por lo que era revisada en detalle, una práctica que ha continuado hasta 2015.
Esto implica, ha puntualizado, que después de que Bankia presentase un escrito ante el FROB por las irregularidades de este sistema, la entidad ha seguido declarando como gasto deducible el de las tarjetas, "lo que me sorprende".
No obstante, ha querido matizar que cuando los consejeros de Bankia han tenido que presentar declaraciones de los ejercicios 2011 y 2012 han seguido declarando como gasto deducible el gasto de remuneración de los consejeros de la misma manera que antes.
"El gasto, para que sea deducible tiene que ser legal", ha asegurado.
Sobre los correos intercambiados con Cobo sobre los límites de las tarjetas, entre otros, de Norniella, Sánchez Barcoj y la suya propia ha dicho que "nunca hable con él ni conocí este correo" aunque ha garantizado a la sala que nunca se sobrepaso el "desproporcionado" límite de 12.000 euros mensuales.
"Yo no estaba aumentando la retribución reconocida por contrato y que además ya estaba limitada por ley" ha explicado el exvicepresidente del Gobierno a un contrariado Luzón, a quien ha matizado que las tarjetas de las que disponía cuando estaba al frente de la entidad "eran un elemento de liquidez".
De este modo, ha argumentado Rato, "lo que gastaba se me descontaba de la retribución", todo lo contrario de cuanto sucedió en la época de Caja Madrid cuando las tarjetas eran "un complemento".
Por otra parte, Rato ha asegurado que en el pasado "tenía mucha mejor opinión de Bankia, a la que le presumía buena fe", pero que posteriormente esto cambió al darse cuenta de que la entidad ocultó el nombre de una cuenta que no tenia justificante de los gastos y siguió deduciéndoselos.
A preguntas del fiscal Anticorrupción Alejandro Luzón, el exvicepresidente del Gobierno ha indicado que tras comprobar que la entidad no tenía buena fe, "no habría declarado lo que declaré durante la fase de instrucción".
También ha asegurado que conoció todas las irregularidades "como el resto de los españoles", y no antes, y ha lamentado que Bankia ocultara el nombre de esta cuenta, en la que se cargaban las tarjetas cuyo origen está en mayo de 1988.
En este sentido, ha dicho que conoció después que Bankia "ha ocultado el nombre de la cuenta de mayo de 1988 (en la que se cargaban las tarjetas)", y además "no conserva los justificantes de los gastos".
Rato ha reconocido que conocía la existencia de las tarjetas, pero no que no estuvieran contabilizadas, algo de lo que se enteró en un informe de 2014;
"No soy auditor ni inspector tributario", ha matizado, "pero me da la sensación de que la capacidad para identificar cuentas no depende del nombre de éstas, ya que éstas en concreto estaban individualizadas e identificadas".
Cada una de las cajas de ahorro que dieron lugar a Bankia "mantuvo la peculiaridad en su política retributiva", ha recordado, como demuestra el hecho de que hasta junio de 2011 él tenía contrato de alta dirección de Caja Madrid.