La conclusión de un encuentro organizado el octubre pasado por la Alianza Nacional contra el Hambre y la Malnutrición es que la malnutrición ha aumentado pero no el hambre.
El informe, que acaba de hacerse público, recoge datos de España y afirma que lo más preocupante es que la mala nutrición está incrementando los niveles de obesidad en las personas con rentas más bajas, porque se tiende a consumir alimentos hipercalóricos para saciar el hambre.
Es un hecho alarmante, especialmente, entre los más pequeños. Un 2,8 % de los escolares presenta déficits alimentarios en el desayuno y un 16 % de la población infantil sufre sobrepeso.
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