El rey ha rendido hoy homenaje al papel de las mujeres del mundo rural por haber sustentado la vida cotidiana durante décadas con "un esfuerzo y un sacrificio ejemplares", a pesar de tantas dificultades a las que han tenido que hacer frente por el entorno y su condición social.
Felipe VI ha expresado este reconocimiento durante su visita, junto a la reina Letizia, a la aldea de Mual, galardonada este año con el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2018 en reconocimiento a la labor que su centenar de vecinos hace por conservar las tradiciones y su privilegiada naturaleza.
El recorrido por Mual, que ha incluido una breve visita al cercano bosque de Muniellos, ha puesto el colofón a los actos en los que don Felipe y doña Letizia han participado desde el jueves con motivo de los Premios Princesa de Asturias.
En un día fresco, con sol a ratos, Mual se ha volcado con la visita real engalanada con banderas de España y de Asturias. A lo largo de la única calle, don Felipe y doña Letizia se han ido deteniendo en distintos puntos para charlar con los vecinos y conocer sus costumbres.
En un hórreo, un matrimonio le han enseñado a enristrar cebollas y doña Letizia ha desenvainado fabes tras las instrucciones recibidas. También le han mostrado una foto del príncipe con trece años que él dedicó a su hijo después de que le enviara una carta desde el colegio del pueblo.
El momento más llamativo lo ha protagonizado el rey cuando se ha animado a jugar al bolo vaqueiro, uno de los deportes rurales más arraigados en Asturias. A pesar de ir vestido de traje, Felipe VI ha agarrado la bola de madera de más de dos kilos, la ha lanzado con fuerza y ha derribado la mayoría de los bolos, situados a unos seis metros, ante el asombro de la reina y de los vecinos.
Los Reyes se han llevado de Mual una buena remesa de obsequios, como miel, sidra, jabones naturales y una talla de madera. También cuatro camisetas, dos de ellas para sus hijas, Leonor y Sofía, de la carrera de montaña que todos los años se organiza por el robledal de Muniellos.
Al bosque, declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco, se han acercado posteriormente para admirar el robledal más grande de España y uno de los mejor conservados de Europa, con cuya madera se construyeron en su día varios barcos de la Armada Invencible.
La tradicional comida de campo que los Reyes han compartido con los vecinos en una carpa ha puesto el broche a la visita, que se ha prolongado durante más de tres horas.
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