Asturias Semanal aborda el cambio de régimen jurídico de los animales

El programa recoge historias de solidaridad con el pueblo ucraniano
El régimen jurídico de los animales ha cambiado. Ya no quedan leyes en el ordenamiento español que los consideren “cosas”, como ocurría hasta hace apenas tres meses. Ahora en todo caso se les considera “seres vivos dotados de sensibilidad”. Asturias Semanal aborda esta noche esos cambios legislativos y en qué se traducen.
Para empezar, nunca más un animal de compañía podrá ser embargado o hipotecado. Pero además se establece la necesidad de acordar el destino de las mascotas en caso de ruptura matrimonial y siempre, y ésta es otra novedad, teniendo en cuenta el bienestar del animal.
En la práctica, será difícil que uno de los ex cónyuges pierda el contacto con la mascota familiar o que ésta pierda el contacto con alguno de sus dueños.
En el reportaje vamos a escuchar diferentes historias de quienes han vivido esas y otras dificultades con sus amados animales; y vamos a hablar de cómo todo se encamina a reconocerles derechos de esos “seres con sentimientos” que nos rodean.
Historias de familias que se implican para darle un hogar a los refugiados en Asturias Semanal
Más de 500 toneladas de donaciones de material de primera necesidad ha recogido la comunidad ucraniana en Asturias desde el inicio de la guerra. La región ha respondido al llamamiento a la solidaridad. Esa voluntad de colaborar es uno de los dos temas que aborda esta noche Asturias Semanal. En el reportaje 'Ayudar a Ucrania' conoceremos historias como la que les anticipamos a continuación: la de personas que se implican para darle un hogar a los refugiados.
Pablo y Montse llevaban años recibiendo en su casa, en verano, a una niña ucraniana.
Con la guerra, ha llegado a Asturias la familia al completo. Seis miembros que pronto serán siete. Imposible acogerlos en casa, y se les ocurrió plantear la idea de alquilar un piso y buscar el apoyo de nuestra red cercana.
Y así, han creado un grupo de 45 personas, amigos más cercanos, amigos de amigos y gente del trabajo dispuestos a dar pequeñas cantidades hasta conseguir lo que consideran un mínimo digno para cubrir alquiler, suministros electricidad, comida y ropa.
"Barajábamos inicialmente una cantidad, -evidentemente cada uno aporta lo que quiere- pero no queríamos pasar de 50 euros al mes para que no fuera una carga importante a las familias que colaboraban porque es una propuesta a medio y largo plazo", afirman y "no sabemos todavía qué cobertura van a tener de la Administración o si van a poder encontrar trabajo", concluyen.
En tiempo récord, consiguieron el piso y los voluntarios. El jueves el grueso de la familia partía hacia su nuevo hogar.
Es solo una de las maneras de ayudar a las que están recurriendo los particulares. Personas que quieren echar una mano a las víctimas de una guerra que solo se ve lejana en el mapa.