Les Luthiers iluminan con humor el día que en Oviedo no amaneció
Gran afluencia de público en el Paraninfo de la Universidad de Oviedo
Los integrantes del grupo argentino Les Luthiers han iluminado hoy en Oviedo con el humor blanco e inteligente que practican desde hace medio siglo un día negro y gris en el que la capital asturiana se quedó sin ver amanecer a causa del humo generado por las decenas de incendios registrados en la región.
Tras verse obligados a suspender por esta causa el encuentro que tenían previsto mantener con un grupo de escolares en el pequeño municipio de Noreña, cuatro de sus miembros acudieron horas después a un abarrotado Paraninfo de la Universidad de Oviedo para escuchar una glosa formal y académica de su personaje más universal, el incalificable compositor Johann Sebastian Mastropiero.
Tan solemne fue el denominado 'Curso poco extenso de extensión universitaria' que los cuatro profesores invitados no dudaron en ponerse la tradicional pajarita lutheriana para ofrecer una visión erudita de Mastropiero y reflexionar sobre aspectos como "la revisión médica del oído de sus espectadores y rehabilitación arquitectónica de los teatros en donde se ejecutan".
Entre las risas y los aplausos de los habituales encargados de hacer reír y de recibir ovaciones -Marcos Mundstock, Carlos López Puccio, Carlos Núñez y Jorge Maronna-, los cuatro docentes han disertado sobre aspectos como la filosofía en Mastropiero abordada desde la racionalidad matemática de Thales de Mileto a las últimas tendencias en la epistemología de la cumbia.
Presentados por la directora de la cátedra Leonard Cohen, Myriam Perandones, -convertida en Esther Píscore, de la Universidad de Atenas- los profesores han abordaron también "el análisis del solipsismo individualista en una sociedad impersonal a la hiperconexión multidireccional instantánea en un mundo entrelazado".
Para cuestiones tan profundas tuvieron que recurrir, claro, a imitar a esos músicos y humoristas argentinos de los que se han confesado devotos seguidores "más aristotélicos que tomistas", merecedores del Nobel de "Luthieratura" y que han permitido "ensanchar la vida", según el filósofo Enrique Mastacche.
Como un "pobre desgraciado" ha confesado haberse sentido el lingüista Félix Fernández de Castro hasta que un amigo le regló un vídeo con una grabación de Les Luthiers que le sirvió también para interesar sobre la lingüística o la fonética a estudiantes a los que "les importaba un comino" una asignatura "que estaba varada".
"Interpretar el humor es como diseccionar una rana. Ayuda a que se entienda mejor, pero es difícil que sobreviva a la operación", ha apuntado por su parte el profesor Pablo Martínez Ménendez tras recrear una ficticia vida de Mastropiero en Oviedo en la que se enamoraba de las tres hijas de su oftalmólogo y les daba nombre de planetas para, luego, dejarlas plantadas en el altar.
A las glosas sobre Mastropiero han respondido los cuatro Luthiers "conmovidos y sorprendidos por el esfuerzo y la calidad académica y humorística" de los participantes en el acto, uno de los primeros en celebrarse de la programación cultural previa a la entrega de los Premios Princesa de Asturias 2017 del próximo viernes.
En esa ceremonia, Les Luthiers recibirán del rey Feipe VI un galardón, el de Comunicación y Humanidades, que les fue concedido por los primeros cincuenta años de un humor convertido "en espejo crítico y referente de libertad en la sociedad contemporánea".
Y es que, según Jorge Maronna, el grupo de universitarios que se conocieron en 1965 en el coro de Ingeniería en Tucumán es todavía "un ser vivo" modificado por el tiempo, pero que, tal vez, aún pueda salir adelante incluso sin sus fundadores históricos y seguir defendiendo una obra "pulida y mejorada con los años".