Fuente: EFE, 16 de enero. 2024 22:07

Multitudinaria manifestación para despedir a Anita Sirgo

Multitudinaria manifestación para despedir a Anita Sirgo

Numerosas personas pasaron por la capilla ardiente desde su muerte ayer

Cientos de personas han despedido este martes en Langreo a la histórica militante comunista Anita Sirgo Suárez (Lada, 1930), que falleció en la madrugada del pasado lunes cinco días antes de cumplir 94 años.

Sirgo, referente de la lucha obrera y antifranquista, lo que la llevó a ser encarcelada en varias ocasiones durante la dictadura, ha sido despedida en un emotivo acto celebrado en la sede de CCOO en el Nalón en el que han participado, entre otros, el secretario general del sindicato en Asturias, José Manuel Zapico, el presidente del Principado, Adrián Barbón, y el consejero de Ordenación de Territorio y coordinador general de IU-Asturias, Ovidio Zapico.

Tras el acto celebrado en la abarrotada sede sindical, cientos de personas han acompañado el féretro en una marcha hasta el Pozo Fondón, situado a kilómetro y medio, en un acto reivindicativo como ella había deseado.

Barbón ha ensalzado la figura de Sirgo, nacida en el seno de una familia minera en el corazón de la cuenca del Nalón y con un padre que fue asesinado en 1947 tras echarse al monte con la guerrilla, como "una persona que luchó toda su vida por la democracia".

Sirgo, que fue detenida por primera vez por la Guardia Civil cuando tenía 12 años por pertenecer, según ella contaba, a una familia de rojos, pasó a formar parte junto a su marido, Alfonso Braña, un minero del pozo Fondón con el que se casó en 1950, parte activa en la organización interna de un clandestino Partido Comunista de España.

Ya en 1962 tuvo un papel destacado en la histórica 'Huelgona' de los mineros asturianos al encargarse de la coordinación de un grupo de apoyo y formar parte del encierro que cuarenta mujeres llevaron a cabo en la catedral de Oviedo en solidaridad con sus maridos, acciones que la valieron que fuera encarcelada y torturada por el régimen franquista, y que motivaron su marcha a Francia.

Tras dos años en el exilio, en los que aprendió a leer y escribir y conoció a dirigentes comunistas como Santiago Carrillo, en 1966 regresó de nuevo a Asturias para continuar su colaboración con el PCE y la lucha obrera, lo que la llevó nuevamente a prisión.

Con el fin de la dictadura, Anita Sirgo continuó colaborando y militando en el PCE y Comisiones Obreras, un sindicato que ha ensalzado su figura como "una leyenda" y "un referente en el sindicato" por haber plantado cara a la dictadura y haber contribuido al fortalecimiento de la democracia.

En su intervención, Barbón ha reivindicado la figura de Sirgo como "un patrimonio del conjunto de la izquierda" y "del conjunto de los demócratas" y ha pedido no olvidar que "mucha gente gastó su vida para defender la libertad", una "libertad verdadera que va acompañada de igualdad y de justicia".