María Isabel Márquez Uría, de 65 años, llevaba tres días muerta cuando fue hallada en su vivienda de la calle General Zuvillaga de Oviedo, según los resultados de la autopsia, que también confirma que falleció como consecuencia de los golpes asestados en la cabeza con unas pesas de gimnasio.
Su pareja sentimental, Jorge Portillo, de 51 años y que confesó ser el autor del crimen en varias notas que dejó escritas, ha pasado este mediodía a disposición de la jueza de Violencia de Género, Mónica Casado.
En Comisaría se ha negado a declarar, por consejo de su abogada, la letrada Ana Arrojo.
Según fuentes policiales, el supuesto autor del crimen pernoctó el viernes, después de asesinar a la mujer, en un céntrico hotel de Oviedo, donde también se quedó el sábado.
El domingo regresó al piso en el que convivían y donde yacía el cadáver de su pareja. Fue ese día cuando escribió las notas en las que confesaba los hechos y anunciaba su intención de suicidarse.
Una de ellas la dejó en el buzón de un bufete ubicado en el inmueble, junto con las llaves del piso.
El lunes por la mañana se trasladó a Gijón donde deambuló por el cerro de Santa Catalina con la intención de suicidarse, aunque finalmente no tuvo valor.
Fue detenido a media mañana de ayer cuando se dirigía la Comisaría para entregarse. Aunque la policía finalizó ayer la inspección ocular del lugar del piso en el que se cometió el crimen, no descarta regresar.
El Ayuntamiento de Oviedo, el Principado y la Delegación del Gobierno en Asturias se han concentrado hoy en señal de repulsa y duelo por este crimen machista, por el que han manifestado su más enérgica condena y profunda consternación.
Las tres instituciones han invitado a participar a toda la ciudadanía para expresar el rechazo unánime de la sociedad asturiana a la violencia contra las mujeres.
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