Fallecen dos reclusos en el centro penitenciario de Villabona

Llamazares califica estas muertes de "inaceptables"

Dos reclusos que cumplían condena en el Centro Penitenciario de Villabona, en Asturias, han sido hallados muertos hoy tras el recuento matinal que se realiza en la prisión, según han informado fuentes de Instituciones Penitenciarias.

Las mismas fuentes no han precisado la causa de los fallecimientos después de que el diputado de IU por Asturias, Gaspar Llamazares, exigiera cambios y responsabilidades en la dirección de la prisión de Villabona tras el fallecimiento de los dos reclusos, que el parlamentario de la coalición atribuye a una sobredosis.

En un comunicado, Llamazares califica estas muertes de "inaceptables" y considera que constatan el deterioro en la gestión del centro penitenciario tras haber sido pionero en la atención a la población toxicómana a través de una Unidad Terapéutica Educativa (UTE) "que ha sido prácticamente desmantelada".

"Llueve sobre mojado tanto en relación a la UTE como en relación al conjunto de la prisión. La desorganización es cada vez mayor y la falta de dirección también", añade el diputado de IU por Asturias.

El pasado mes de septiembre, los grupos parlamentarios de PSOE, IU y UPyD en el Parlamento asturiano denunciaron que la UTE del centro penitenciario de Villabona se encontraba en una situación de "desmantelamiento y deterioro" y reclamaron el "cese inmediato" del "hostigamiento" que estaban sufriendo sus responsables.

También el Defensor del Pueblo había pedido a Instituciones Penitenciarias en su Memoria anual correspondiente al año 2013 que dotase de "estabilidad" al programa de la UTE tras constatar una "devaluación" de sus contenidos, entre otros aspectos analizados.

La UTE de Villabona, puesta en funcionamiento hace más de veinticinco años, alberga a un equipo multidisciplinar de 70 funcionarios y a varios centenares de reclusos, no sólo toxicómanos, que ingresan de forma voluntaria y a los que se imponen unas duras normas de comportamiento que buscan alejarlos de la subcultura carcelaria en la que se han curtido durante años.

En la UTE, el interno puede valerse por sí mismo y tomar decisiones y adquiere el compromiso para permanecer en ella de que no haya violencia verbal ni física ni se consuman drogas, además de someterse, como primer paso, a un reconocimiento ante sus compañeros de unidad de los delitos que les llevaron a prisión.