Después del incendio de Oviedo, el trabajo se centra en las labores de seguridad tanto en el edificio afectado de la calle Uría como en el de Melquiades Álvarez.
En principio se pocede a asegurar la fachada para instalar más tarde vigas metálicas laterales que eviten el derrumbe de la estructura de los edificios.
A partir de ahí, tendrán que apuntalar los edificios colindantes. Según evolucionen los trabajos y la estabilidad del inmueble siniestrado, decidirán si terminan de derribar Uría 58 y Melquiades 25, o si quedan en pie. Otra de las preocupaciones es saber qué paso con las Bocas de Riego, los hidrantes.
Mientras la investigación sigue su curso, tres de los mandos de Bomberos ya han declarado y habrá más testimonios de funcionarios que intervinieron en el incendio. Los profesionales insisten, no obstante, en la propia naturaleza del trabajo.
Los edificios que permanecen desalojados seguiran así un tiempo aún por determinar. Desde el ayuntamiento consideran irresponsable aventuar plazos para la vuelta a la normalidad.
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