La lluvia complica la situación en los montes arrasados por el fuego
Arrastra ceniza y materiales calcinados llegando a ríos y carreteras
Después de los incendios, la lluvia es una de las mayores amenazas en las zonas quemadas. La vegetación que sujetaba el suelo con sus raíces, frenando el agua, ha sido arrasada y ahora discurre sin obstáculos que reduzcan su velocidad y arrastrando además las cenizas.
La contaminación de cauces es una de las graves consecuencias derivadas de esta situación, pero el peligro también está en las carreteras.
Por eso las actuaciones para tratar de evitar estos problemas son ahora la principal preocupación de los concejos afectados.
Solo en Cangas del Narcea se prevé intervenir en más de 5,5 kilómetros de viales y cunetas. Además, en la zona de Llamas del Mouro será necesario construir una zanja que facilite el desagüe.En esta zona, se actuará sobre más de un kilómetro y una superficie de 689 metros cuadrados.
El Ayuntamiento ya ha elaborado un presupuesto de más de 12.000 euros para la intervención que esperan contratar en los próximos días.