Fuente: RTPA, 28 de mayo. 2019 21:44

Boal lucha por mantenerse vivo tras siglos de esplendor

Boal lucha por mantenerse vivo tras siglos de esplendor

La historia antigua del concejo no se puede entender sin conocer Cova do Demo, el Castro de Pendia o los túmulos de Penouta

La historia más antigua del concejo de Boal no se podría entender sin visitar enclaves como Cova do Demo, yacimiento único de la edad del broce, una cavidad de 15 metros de profundidad con arte rupestre, el Castro de Pendia, un enigmático poblado prerromano con una línea urbana especial, pocas viviendas, pero muros de defensa muy grandes, o los túmulos de Penouta, los elementos de mayor antigüedad documentados en el concejo y la evidencia de una arquitectura funeraria en el Neolítico.

Es lo que sabemos del Boal más antiguo, pero buscando en su historia tenemos que irnos a hace 200 años. Hace dos siglos comenzó a formarse la realidad que vemos hoy en día. Entre 1837 y 1840 se levanta la iglesia, el ayuntamiento o la cárcel, que hasta entonces estaba en Armal.

La historia del concejo habla también de fechas trágicas, como 1879, cuando una epidemia de viruela causa la muerte de más de 200 vecinos. Por estos años vivían en Boal 6.800 personas. Eran años de crisis y muchos deciden emigrar, principalmente a Cuba o Argentina. Tras la guerra del 98 regresan y llega el esplendor al concejo. Los emigrantes vuelven con dinero y se nota en las edificaciones.

Durante estos años el auge demográfico es muy elevado. En esa década había casi 7.400 habitantes, el sector comercial y hostelero repuntan, el dinero sigue llegando con fuerza de los emigrantes cubanos y las explotaciones mineras están en auge.

Vivir en Boal en los años 50 y 60 era respirar felicidad. El ambiente alegre se notaba en romerías como la celebrada en La Bobia y en fiestas como San Cristobal. Pero todo ello no tardaría en acabarse y es el que el grifo de la emigración se cierra y la minería se acaba.

Hoy en Boal apenas se supera la cifra de los 1.500 habitantes. En un siglo el concejo ha perdido cerca de 5.000 vecinos. La despoblación no es, por tanto, ajena a un concejo que lucha por mantenerse vivo en plena cuenca del Navia.