La Guardia Civil niega coacción y tortura al presunto sicario del caso Ardines
Recuerda que las instalaciones cuentan con cámaras de grabación durante las 24 horas del día
El responsable de la custodia de detenidos en el cuartel de la Guardia Civil de Langreo ha negado este viernes que el presunto sicario Djilali B. hubiera sido presionado, coaccionado o torturado en los calabozos tras su detención por el asesinato del concejal de IU de Llanes Javier Ardines.
Además, ha recordado que las instalaciones cuentan con cámaras de grabación durante las 24 horas del día aunque carecen de sonido.
La declaración de este responsable policial ha centrado la undécima sesión del juicio con jurado que se desarrolla en la Audiencia de Oviedo por el crimen del edil, el 16 de agosto de 2018, para juzgar a Pedro N.A., acusado de ser el inductor del crimen tras conocer que su mujer y Ardines mantenían una relación en secreto; Djilali B. y Maamar K., como supuestos sicarios, y Jesús M., como intermediario.
En su declaración, el responsable policial ha descrito a Djilali B. como "un buen detenido" y ha afirmado que durante el tiempo que estuvo incomunicado estando las diligencias declaradas secretas "no dio ningún problema".
El agente ha rebatido la versión del presunto sicario, quien ahora alega que la declaración en la que señaló a Jesús M. como la persona que contactó con él para ofrecerle el encargo de matar a Ardines acompañado de Maamar K., la hizo tras haber sido presionado, coaccionado o torturado.
El testigo ha ratificado su informe en el que hacía constar que dos agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, con sede en Madrid, accedieron al calabozo el 20 de febrero de 2019, un día después de la detención, para "entrevistarse" de forma muy breve con Djilali B. en el vestíbulo de entrada.
"Los agentes de la UCO lo sacaron, hablaron con él y se fueron", ha explicado, aunque desconoce el contenido de la conversación porque en aquellas fechas no se grababa sonido.
Ha añadido que a Djilali B. no le trataron de forma diferente durante su estancia en los calabozos donde le hicieron reconocimientos médicos diarios y nunca le comentaron que hubiera tenido "ningún tipo de incidencia".
Las defensas le han preguntado las razones por las que no se tuvo en cuenta un informe del Defensor del Pueblo que en 2017 subrayaba las deficiencias del cuartel al carecer de cámaras "en todos los sitios".
El agente ha sostenido que desde que él está al frente, en marzo de 2018, hay cámaras de grabación las veinticuatro horas del día en las tres celdas existentes, en el hall de entrada y en el pasillo que conduce al baño, aunque no las hay en las escaleras, en la sala de reseñas y en el garaje.
Los letrados también han censurado que en la hoja de custodia figuren seis agentes distintos sinque se reseñen las horas de entrada y salida, a lo que ha respondido que eso no significa que no conozcan a los agentes que entraron.
También ha declarado a través de videoconferencia un agente del Servicio Cinológico de la Guardia Civil que ha relatado que un perro de la unidad marcó ropa, un saco de dormir y una esterilla en el registro del domicilio de Maamar K., si bien ignora el resultado del análisis del laboratorio.
Además, ha testificado el exinterventor municipal de Llanes que remitió un informe al alcalde, Enrique Riestra, y un escrito a los portavoces de los grupos municipales donde denunciaba acciones de menosprecio y descrédito, así como una situación de hostigamiento y acoso laboral.
No obstante, ha matizado que se refería a decisiones del alcalde que firmaba Javier Ardines como concejal delegado de Personal, con el que mantenía "una relación normal y de respeto", aunque consideraba que el edil debería ser "más comedido en sus manifestaciones públicas y no faltar a la verdad".
El juicio continuará el próximo lunes con la declaración de la mujer y un sobrino de Maamar K. y la prueba pericial.