Asturias despide a Gabino Díaz Merchán

Los restos mortales del que fuera arzobispo de Oviedo descansan a los pies de la Virgen de Covadonga

Los restos mortales del que fuera arzobispo de Oviedo durante más de tres décadas, Gabino Díaz Merchán, descansan desde hoy a los pies de la Virgen de Covadonga, en una de las capillas de la catedral de la capital asturiana en la que hoy se ha celebrado el funeral del prelado, fallecido el pasado martes a los 96 años.

El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes ha celebrado la misa exequial en presencia del cardenal Carlos Osoro,;el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, los obispos de Sigüenza-Guadalajara, Atilano Rofríguez; Santander, Manuel Sánchez; León, Luis de las Heras; y Astorga, Jesús Fernández, entre otros mitrados auxiliares y eméritos, sacerdotes y diáconos concelebrantes.

El presidente del Principado, Adrián Barbón, junto a diputados nacionales y autonómicos, autoridades civiles, judiciales, académicas, militares y de los cuerpos de seguridad del Estado han seguido las exequias junto a familiares, amigos y cientos de fieles que se han dado cita en el templo para despedir al arzobispo emérito, que destacó por su carácter conciliador y espíritu de concordia.

Al que fuera el obispo más joven en recibir la mitra, con 39 años, también le tocó vivir el regreso de la izquierda al poder y la culminación de la transición como presidente de la Conferencia Episcopal Española, cargo que ocupó entre 1981 y 1987.

Nacido en Mora (Toledo) en 1926, fue nombrado obispo de Guadix-Baza en 1965 y cuatro años después recibió una bula papal para situarse al frente de la Archidiócesis de Oviedo en septiembre de 1969, cargo que ocupó hasta 2002 cuando pasó a ocupar el cargo de arzobispo emérito y fue sustituido por Carlos Osoro.

En una jornada de luto en la que las banderas de Asturias ondean a media asta, Sanz ha agradecido este gesto del Gobierno autonómico y la "eclosión de afecto y reconocimiento hacia su persona, donde no han destacado las proveniencias ideológicas, sino el respetuoso agradecimiento ante alguien grande, cuya cercanía nos ha hecho a todos un poco más buenos y mejores".

"Cayó en la tierra buena, sabiendo vivir y morir dando fruto", ha señalado Sanz en una homilía en la que ha recordado también los momentos "de un calado histórico crucial" para España y Asturias que le tocó vivir a Díaz Merchán.

Una "dilatada experiencia eclesial en las coyunturas sociales, políticas y culturales" que consiguió plasmar en su último libro "Evangelizar en un mundo nuevo", según ha recordado el arzobispo de Oviedo entre anécdotas y recuerdos compartidos con él en los últimos años, pero también en los últimos días de su vida.

Díaz Merchán había recibido el alta hospitalaria el pasado 2 de junio tras permanecer varios días ingresado en un centro sanitario por una complicación de salud leve, y falleció 12 días después en la Casa Sacerdotal de Oviedo tras haber recibido la absolución de manos del arzobispo, a quien reconoció que sabía que se estaba muriendo, pero que estaba en paz.

El arzobispo fallecido había mostrado hace años también su deseo por ser enterrado en la capilla de Covadonga de la catedral de San Salvador, dado que durante toda su vida fue un gran devoto de la Santina, en cuya cueva del Real Sitio celebró su primera misa como arzobispo el 20 de septiembre de 1969.

Desde 1964 no se producía ningún enterramiento en el interior de la Catedral de Oviedo catedral cuando recibió sepultura el arzobispo Javier Lauzurica en esta misma capilla, donde además reposan en una urna los restos de San Melchor de Quirós, santo asturiano martirizado en 1858 en la antigua Indochina, hoy Vietnan.

Hasta esta capilla, que se encuentra cerca de la Cámara Santa que alberga el Santo Sudario de Cristo, las cruces de la Victoria y de los Ángeles, fue conducido el féretro después de una ceremonia que se prolongó durante hora y media.