Los presuntos implicados estuvieron dos veces en Llanes antes de matar a Ardines
El intermediario pagó 20.000 euros a los argelinos tras el crimen
Todo comienza, como adelantó ayer TPA Noticias, el 9 de diciembre de 2017. Ese día, Pedro Nieva graba una conversación a su mujer, Katia Blanco, y a Javier Ardines -sin que ellos lo sepan- en un bar de Nueva de Llanes.
Lo que escucha Pedro Nieva más tarde, el "llevamos años librando", que le dice Ardines a Katia, y la respuesta de ella "sí, hay que tener cuidado", confirmarían para él la relación entre ambos, provocando el trágico desenlace del 16 de agosto.
Desde esa grabación, Katia volvió en tres ocasiones a Llanes: dos sola, antes del crimen; y una, con su marido, el 7 y 8 de septiembre para las fiestas de La Blanca en Nueva. Pedro Nieva era ya entonces el principal sospechoso de la Guardia Civil.
El 27 de julio y el 1 de agosto de 2018 son las dos fechas en las que los implicados en el caso preparan el asesinato de Ardines. En julio se acercan a Belmonte de Pría, Pedro Nieva, Jesús Muguruza y uno de los argelinos, Djilali Benatia, con el fin de conocer el escenario de los hechos.
Veintiún días antes del asesinato, Pedro Nieva emprende viaje desde el municipio vizcaíno de Amorebieta hasta Belmonte de Pría. No va solo. En esa mañana del 27 de julio de 2018 le acompañan, según se han podido constatar con el registro de la señal móvil, los repetidores y listados teléfonicos, Jesús Muguruza, el intermediario y uno de los argelinos, Djilali Benatia.
El coche sufre una avería en Cantabria y Jesús y Djilali proponen dar la vuelta, pero Pedro Nieva quiere llegar a Llanes a toda costa. Alquilan un coche en el aeropuerto santanderino con el que llegan a Llanes.
Pedro Nieva tiene la imperiosa necesidad de ir ese día y no otro, creen los agentes, porque es el último día que la casa está vacía. En agosto, su mujer Katia Blanco comenzará su temporada de vacaciones.
Según la posterior declaración de Djilali Benatia, ese 27 de julio Pedro Nieva le señala el lugar concreto para abordar a Ardines, además de enseñarle el barco. De vuelta a Vizcaya acuerdan el precio final: de los primeros 20.000 que pide el argelino se ajusta la cifra a 11.000. La primera parte del pago se realiza en ese momento, 5.000 euros que saca Nieva de su riñonera.
Cinco dias despúes, el 1 de agosto, se produce la primera emboscada al concejal o, como recoge el atestado de la Unidad Central operativa, el primer intento de matar a Ardines. Los registros móviles y la situación de los vehículos es casi idéntica a la arrojada la mañana del asesinato, el 16 de agosto.
El intermediario pagó 20.000 euros a los argelinos tras el crimen
El dinero pagado por este crimen va más allá de esos primeros 11.000 euros. Según declara Djilali Benatia, Maamar Kelli, el otro argelino, quiso la mitad de los primeros 5.000 euros. Djilali se negó y amenazó con abandonar.
Pedro Nieva subió, entonces, hasta los 12.000 euros para que el reparto no le resultara tan escaso a Djilali. Una vez consumado el crimen y conociendo, dice Djilali, de la muerte de Javier Ardines por los medios, pidió 25.000 euros más de los que ya había recibido.
Fue entonces cuando Jesús Muguruza, el intermediario, abonó en esa ocasión el dinero, un total de 20.000 euros.