"No matamos a Ardines", dicen los presuntos sicarios al finalizar el juicio
La defensa de Jesús Muguruza ve intacta su presunción de inocencia
Los dos acusados de asesinar por dinero al concejal de IU de Llanes Javier Ardines han mantenido este viernes que "no mataron" al edil y, entre sollozos, han negado tener relación alguna con el crimen, mientras que el presunto inductor y el intermediario han optado por no utilizar el turno de última palabra en el juicio con jurado que se ha desarrollado a lo largo de este mes en la Audiencia Provincial.
Djilali B. ha asegurado que "no pudo aguantar" la presión de la Guardia Civil cuando le amenazó con no volver a ver a sus hijos si no se autoinculpaba e incriminaba a los otros tres acusados: Pedro N.A., Jesús M. y Maamar K. quienes afrontan una pena de 25 años de cárcel.
El procesado ha negado haber viajado desde Bilbao a Asturias para asesinar al edil porque, según ha explicado "ni le mató ni tiene nada que ver" con los otros acusados.
"Yo no he matado a nadie, soy inocente", ha proclamado a continuación el presunto sicario Maamar K. quien también se ha desvinculado de cualquier participación en el crimen.
La defensa de Jesús Muguruza ve intacta su presunción de inocencia
La defensa del acusado de intermediar entre el presunto inductor del asesinato del concejal de IU de Llanes Javier Ardines y dos sicarios ha apelado este viernes al principio de presunción de inocencia para desvincular a Jesús M. de cualquier participación en el crimen.
El abogado defensor Luis Mendiguren ha asegurado que Jesús M. tiene intacto el principio de presunción de inocencia porque a lo largo de casi una veintena de sesiones desde el inicio del juicio con jurado que se desarrolla en la Audiencia Provincial contra los cuatro acusados del asesinato no se ha podido probar su implicación.
El letrado ha remarcado que no hay ninguna prueba, ni elemento que le vincule con la muerte de Ardines al no haberse encontrado ni su ADN, ni hay testigos que ratifiquen que estuvo en Llanes en el verano de 2018.
La presunción de inocencia “no se ha tocado, ni rozado, ni alterada por la más mínima prueba”, ha incidido la defensa.
El letrado ha cuestionado la investigación de la causa que corrió a cargo de los agentes de la Guardia Civil de la Comandancia de Gijón y de la Unidad Central Operativa (UCO) porque deja “muchas sombras y muchas dudas”.
Entre otras, se ha referido al viaje que, según los investigadores, realizaron el 27 de julio de 2018 Jesús M., el presunto inductor, Pedro N.A., y el supuesto sicario Djilali B. desde el País Vasco a Asturias para preparar el asesinato porque no hay cámaras que recojan imágenes de su presencia, ni hay ningún testigo que les haya visto en Llanes.
También ha recordado que los investigadores no encontraron en cientos de conversaciones que el acusado mantuvo durante tres meses nada que demuestre su participación en el crimen, ha recalcado.
La defensa ha incidido en que a los investigadores sólo dieron credibilidad a aquellos datos que casaban con su hipótesis del caso, mientras que el resto, aunque fuera favorable para los acusados “lo descartan, lo desprecian, minusvaloran, transforman, esconden u ocultan”.
También ha reprochado que los agentes dieran por buena la versión de la mujer cuyo ADN apareció en la escena del crimen que justificaba este hallazgo en las relaciones sexuales que ella dijo que mantuvo relaciones sexuales con Ardines la víspera del crimen, sin que fuera contrastada.
La defensa también ha censurado que no se investigara el entorno de esta mujer para saber si la descripción de su compañero coincidiría con la que los investigadores realizan del presunto inductor como un hombre celoso, posesivo y dominante.
El letrado ha recordado las similitudes de este caso con el de Rocío Wanninkhof, cuya investigación también asumió la UCO, y que mantuvo 18 meses en prisión a Dolores Vázquez pese a ser inocente, porque en su opinión "había un caldo de cultivo de condena, condena, condena pese a que eran pruebas inexistentes y a mi me suena algo".
Las defensas de los sicarios ven muchas lagunas en la investigación
Las defensas de los dos presuntos sicarios acusados de golpear y estrangular hasta la muerte al concejal de IU de Llanes Javier Ardines han cuestionado este viernes la investigación de la Guardia Civil al sostener que hay muchas lagunas que impiden que el jurado pueda alcanzar un veredicto de culpabilidad.
La Audiencia Provincial ha celebrado hoy la última sesión del juicio con jurado que desde el pasado 29 de octubre juzga a Pedro N.A. como presunto inductor, a los presuntos sicarios Djilali B. y Maamar K. y a Jesús M. como presunto intermediario por el asesinato del edil por el que afrontan una petición de pena de las acusaciones de 25 años de cárcel, frente a la petición de las defensas de libre absolución.
En sus conclusiones, el abogado Adrián Fernández, defensor de Djilali B., ha asegurado que su papel no es “defender lo indefendible”, ni torpedear la instrucción de la Guardia Civil, aunque entiende que la falta de pruebas directas sólo debe conducir a un veredicto de no culpabilidad.
El letrado ha pedido al jurado que diferencie entre las pruebas que están contrastadas con un informe pericial, una prueba científica o declaraciones de testigos y las conjeturas y, desde su perspectiva, no hay ni testigos, ni pruebas en contra de los procesados.
La defensa ha enfatizado en el hecho de que los investigadores focalizaron las sospechas en Pedro N.A desde el inicio de la investigación al preguntar a su esposa si era celoso nada más hallar el cadáver de Ardines en un camino en la parroquia llanisca de Belmonte de Pría y ha cuestionado que no analizaran ni siguieran en profundidad otras vías.
Un ejemplo de esta falta de rigor se produjo, según la defensa, cuando los agentes dieron validez a la parte de las declaraciones de Djilali B. donde implicaba a los otros acusados y sin embargo descartaron la parte en la que denunciaba haber hecho la confesión bajo presiones, coacciones y torturas.
Además, según su relato, descartaron investigar a fondo las declaraciones de la mujer cuyo ADN apareció en la escena del crimen “porque su olfato policial es que ella no tuvo nada que ver”, ha dicho, porque siempre tenían a Pedro N.A. como principal objetivo.
También ha reprochado que los agentes se “olvidaran” decirle a la esposa de Pedro N.A. que tenía dispensa de declarar y, sin embargo, realizó tres manifestaciones, de las que sólo constan dos en las diligencias.
La defensa de Djilali B. ha incidido en que los investigadores tampoco hallaron ADN suyo, ni efectos de relevancia para el caso en el registro domiciliario, ni cambió de rutinas, ni de domicilio porque estaba tranquilo porque “no hizo nada”.
Por su parte, el abogado Fernando Barutell, que defiende al presunto sicario Maamar K., ha rechazado que, tras hallarse el cadáver de Ardines, huyera del país por miedo a ser detenido.
Según su versión, Maamar K. viajó a Argelia para visitar a su madre que se encontraba enferma y regresó a España cuando si fuera culpable se habría quedado al no haber un convenio de extradición con Argelia y ha resaltado que no hay prueba alguna contra su representado, pese a intervenirle el teléfono y analizar los mensajes que, según la investigación, estaban encriptados y "no encontraron nada".
También ha denunciado el trato de favor que los investigadores dieron a la mujer cuyo ADN apareció en la escena del crimen porque, a pesar de residir en Llanes, declaró por videoconferencia y a la mujer de Maamar no le dispensaron de viajar desde Bilbao a Asturias en plena pandemia, pese a solicitarlo previamente.