Vegadeo atesora rincones de gran valor histórico y paisajístico
Las aves migratorias y la Semana Santa, focos de atracción de visitantes
Vegadeo es el concejo de los ríos. El Monjardín y el Suarón atraviesan la localidad y desembocan directamente en el Eo, formando una marisma muy característica.
Hay incluso una senda, la de los 12 puentes, que recorre este entorno. La enorme riqueza medioambiental y paisajística atrae a este lugar a cientos de amantes de las aves migratorias.
Uno de los grandes proyectos del concejo pasa por recuperar algunas de estas zonas más dañadas, una regeneración también en lo visual.
EL rastro metalúrgico de Vegadeo lo encontramos en Meredo, en su mazo del siglo XVIII y que, en la actualidad, se encuentra cerrado al público. Buscan la forma de gestionarlo de cara al turismo, pero aun así estamos ante una joya etnográfica y paisajística de primer nivel. La ferrería fue comprada por los ascendientes de la familia Villamil en 1714 y fue rehabilitada en 2003 por el consistorio veigueño.
Otro de esos rincones llenos de historia es su viejo calero La Sorpesa, un horno de fabricación de cal que dejó de funcionar hace más de medio siglo. Hoy preside una de las entradas a la villa. Su último propietario fue Fernando, quien lo empleó para guardar material de una carpintería. Uno de los obreros que lo construyó fue su abuelo.
En Piantón también encontramos otro de esos rincones fundamentales a la hora de visitar Vegadeo, la iglesia y su peculiar plaza atraen a cientos de visitantes. Su Semana Santa es, además, referente en la comarca.