Armando Paesa, una vida entre la fábrica de La Algodonera
Del pasado industrial de Gijón, ahora solo sobreviven algunos vestigios
Siendo aún muy niño, Armando Paesa llegó con su familia a Gijón desde su Zaragoza natal. Su padre, un profesional del sector textil, había encontrado trabajo en La Algodonera, una de las muchas empresas que daban forma al entramado industrial de La Calzada.
A los tres meses muere su madre. Retorna un breve espacio de tiempo a Zaragoza, pero tras volver a casarse su padre, vuelve definitivamente a Gijón para pasar el resto de su niñez en una de las casas que la compañía tenía dentro de los muros de la fábrica.
Eran tiempos donde el trabajo abundaba a la sombra de empresas paternalistas, pero también eran tiempos de pluriempleo para paliar sueldos exiguos y de silencio ante los abusos empresariales.
Y sin embargo, aquellas eran islas de prosperidad rodeadas de miseria. Quienes no tuvieron la suerte de encontrar trabajo en ellas, estaban condenados a una vida de penurias, que Armando recuerda bien.
Finalmente, en 1966 cierra La Algodonera. Las empresas de La Calzada fueron cayeron como piezas de dominó. Ensidesa vino a paliar, en parte, el ocaso industrial de la zona oeste de Gijón.
De ese pasado industrial ya solo sobreviven algunos vestigios y los recuerdos de quienes como Armando lo vivieron en primera persona.